Asclepias syriaca
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Asclepias syriaca
Asclepias syriaca Linnaeus, 1753
3-Agosto-2017.
Cautividad. Europa, Alemania, Renania del Norte-Westfalia, Bonn, Jardín Botánico de Bonn.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Bonn.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Gentianales.
Familia: Apocynaceae.
Subfamilia: Asclepiadoideae.
Género: Asclepias.
Especie: Asclepias syriaca.
Ésta es la especie tipo de las aproximadamente ciento cuarenta que componen el gran género Asclepias. Se trata de una planta herbácea perenne y rizomatosa, que puede alcanzar hasta dos metros de altura. Sus tallos son erectos, flexibles, escasamente ramificados. En ellos nacen pares opuestos de hojas simples, ovaladas o lanceoladas, de hasta veinticinco centímetros de longitud y doce de anchura, cortamente pecioladas, con un margen ondulado y un nervio central de color rojo, prominente por el envés. Las flores se agrupan en gran número en umbelas semiesféricas, arqueadas o más o menos péndulas, axilares pero situadas cerca del ápice de las ramas. Cada flor mide hasta dos centímetros de diámetro y consta de cinco pétalos triangulares y reflejos, de color rosado, y cinco extrañas estructuras acampanadas provistas de un cuernecillo cada una. Sus flores son fragantes. Los frutos son folículos alargados que emergen por pares, y contienen semillas provistas de largos pelos sedosos blancos, que ayudan a su dispersión por el viento. Sólo una décima parte de las flores se llegan a transformar en fruto, pero la planta se propaga mucho más eficazmente de forma asexual, formando colonias clónicas mediante sus rizomas.
Aunque su epíteto específico syriaca aluda a una región de Asia Menor, esta planta, como todas las de su género, es americana, y su nombre se debe a un error que Linneo copió del primer descriptor de la especie, Cornut, el cual la confundió con otra especie distinta nativa de Siria. En todo caso, Asclepias syriaca ocupa la mayor parte de Norteamérica al este de las Montañas Rocosas, salvo en los terrenos más áridos. También se ha asilvestrado en algunas partes de Europa y en ciertos estados norteamericanos donde no es nativa, como Oregón. Crece en áreas despejadas y soleadas, sobre suelos arenosos, arcillosos o rocosos, preferentemente calcáreos. Gracias la deforestación, esta especie heliófila ha aumentado sus poblaciones y se ha extendido por numerosas áreas, a menudo actuando como una especie invasiva. Sus fragantes flores son muy atractivas para los insectos polinizadores, aunque a menudo la estructura especial que aparece en cada flor, formada por cinco capuchones puntiagudos, atrapa a los insectos que las visitan, y éstos mueren agotados al intentar liberarse. Toda la planta es tóxica, y numerosos insectos especializados consumen su follaje, adquiriendo su toxicidad para evitar a los depredadores, como ejemplos tenemos la mariposa Danaus plexippus,, las orugas de la polilla Euchaetes egle, los escarabajos Tetraopes tetrophthalmus y Labidomera clivicollis y los chinches Oncopeltus fasciatus y Lygaeus kalmii. Todos estos insectos poseen vivos colores aposemáticos, que advierten de su toxicidad, adquirida a través de su dieta.
3-Agosto-2017.
Cautividad. Europa, Alemania, Renania del Norte-Westfalia, Bonn, Jardín Botánico de Bonn.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Bonn.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Gentianales.
Familia: Apocynaceae.
Subfamilia: Asclepiadoideae.
Género: Asclepias.
Especie: Asclepias syriaca.
Ésta es la especie tipo de las aproximadamente ciento cuarenta que componen el gran género Asclepias. Se trata de una planta herbácea perenne y rizomatosa, que puede alcanzar hasta dos metros de altura. Sus tallos son erectos, flexibles, escasamente ramificados. En ellos nacen pares opuestos de hojas simples, ovaladas o lanceoladas, de hasta veinticinco centímetros de longitud y doce de anchura, cortamente pecioladas, con un margen ondulado y un nervio central de color rojo, prominente por el envés. Las flores se agrupan en gran número en umbelas semiesféricas, arqueadas o más o menos péndulas, axilares pero situadas cerca del ápice de las ramas. Cada flor mide hasta dos centímetros de diámetro y consta de cinco pétalos triangulares y reflejos, de color rosado, y cinco extrañas estructuras acampanadas provistas de un cuernecillo cada una. Sus flores son fragantes. Los frutos son folículos alargados que emergen por pares, y contienen semillas provistas de largos pelos sedosos blancos, que ayudan a su dispersión por el viento. Sólo una décima parte de las flores se llegan a transformar en fruto, pero la planta se propaga mucho más eficazmente de forma asexual, formando colonias clónicas mediante sus rizomas.
Aunque su epíteto específico syriaca aluda a una región de Asia Menor, esta planta, como todas las de su género, es americana, y su nombre se debe a un error que Linneo copió del primer descriptor de la especie, Cornut, el cual la confundió con otra especie distinta nativa de Siria. En todo caso, Asclepias syriaca ocupa la mayor parte de Norteamérica al este de las Montañas Rocosas, salvo en los terrenos más áridos. También se ha asilvestrado en algunas partes de Europa y en ciertos estados norteamericanos donde no es nativa, como Oregón. Crece en áreas despejadas y soleadas, sobre suelos arenosos, arcillosos o rocosos, preferentemente calcáreos. Gracias la deforestación, esta especie heliófila ha aumentado sus poblaciones y se ha extendido por numerosas áreas, a menudo actuando como una especie invasiva. Sus fragantes flores son muy atractivas para los insectos polinizadores, aunque a menudo la estructura especial que aparece en cada flor, formada por cinco capuchones puntiagudos, atrapa a los insectos que las visitan, y éstos mueren agotados al intentar liberarse. Toda la planta es tóxica, y numerosos insectos especializados consumen su follaje, adquiriendo su toxicidad para evitar a los depredadores, como ejemplos tenemos la mariposa Danaus plexippus,, las orugas de la polilla Euchaetes egle, los escarabajos Tetraopes tetrophthalmus y Labidomera clivicollis y los chinches Oncopeltus fasciatus y Lygaeus kalmii. Todos estos insectos poseen vivos colores aposemáticos, que advierten de su toxicidad, adquirida a través de su dieta.
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