Artemisia lactiflora

Artemisia lactiflora Wallich ex De Candolle, 1838

14-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Parque Belvedere, Jardín Botánico de la Universidad de Viena.
Coordenadas: 48°11′30″N, 16°23′02″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Viena.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Asterales.
Familia: Asteraceae.
Subfamilia: Asteroideae.
Género: Artemisia.
Especie: Artemisia lactiflora.

Es una vigorosa planta herbácea perenne, que puede alcanzar hasta dos metros de altura. Es glabra en todas sus partes. Las hojas de la parte baja y media del tallo nacen de peciolos de dos a cinco centímetros de longitud y tienen limbos ovalados de cinco y medio a treinta y un centímetros de longitud y de cuatro y medio a quince centímetros de anchura, convirtiéndose en una de las hojas más grandes de todo el género Artemisia. Estas hojas son de color verde oscuro por el haz y glaucas por el envés pinatisectas de una a tres veces, con entre tres y cinco pares de segmentos de forma variable, los basales más largos que los apicales y con el margen irregularmente aserrado. Las hojas más superiores son de tamaño más reducido y forma más simple con los márgenes de los lóbulos aserrados. Florece en verano y otoño, produciendo grandes panículas cónicas muy vistosas de aspecto plumoso que sobresalen por encima del follaje. Las cabezuelas florales se disponen densamente y son sésiles, de color blanco cremoso, con un involucro oblongo de uno y medio a tres milímetros de diámetro del que salen de cuatro a diez flores hermafroditas en el centro, rodeadas por un anillo de otras cuatro a diez flores femeninas periféricas. El fruto es un aquenio obovado.

Esta planta es propia del sudeste asiático, desde China occidental hasta Indonesia, y se divide en tres variedades según el tamaño y forma de sus hojas. Habita en linderos de bosque, matorrales, cañones, laderas, bancales ribereños y márgenes de caminos, desde el nivel del mar hasta los tres mil metros de altitud. Los ejemplares cultivados en suelos secos y pobres son más resistentes y viven más años que las cultivadas en suelos ricos y húmedos. Debido al especial color y apariencia de sus inflorescencias, esta es la única especie de Artemisia que se cultiva como ornamental no sólo por su follaje sino también por sus flores.