Chloroceryle aenea

Chloroceryle aenea (Pallas, 1764)

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Coraciiformes.
Suborden: Halcyones.
Superfamilia: Alcedinoidea.
Familia: Alcedinidae.
Subfamilia: Cerylinae.
Género: Chloroceryle.
Especie: Chloroceryle aenea.

El martín pescador enano es la especie tipo de las cuatro que conforman el género Chloroceryle. Es un pequeño pájaro de doce o trece centímetros de longitud. Tiene la típica forma de los martines pescadores, con un largo pico en forma de daga y patas muy cortas, con la cola también corta. Su plumaje es verde oscuro metalizado por las partes superiores y rojizo herrumbroso por las inferiores, salvo el centro del vientre blanco, un conspicuo collar de color naranja amarillento que rodea todo el cuello, e hileras de manchitas blancas en las rémiges, a menudo no visibles con el ala plegada. La hembra adulta, además, posee el pecho cruzado por una estrecha banda verde. La hembra juvenil carece de esta banda, y los juveniles de ambos sexos son además más pálidos que los adultos, especialmente en su parte inferior, y carecen de manchas blancas en las alas. Su pico, sus patas y sus ojos son negros en todos los sexos y edades.

Se distribuye por las tierras bajas de los trópicos americanos, desde el sur de México hasta el centro de Brasil, dividiéndose en dos subespecies. Habita en manglares y en bosques ribereños densos, desde el nivel del mar hasta los seiscientos metros de altitud. Como la mayor parte de los martines pescadores, utiliza un oteadero prominente, como una rama baja cerca del agua, para lanzarse en pos de pequeños peces o renacuajos. No sólo pesca en el agua, sino que también puede capturar insectos en vuelo. Su nido es un túnel horizontal de hasta cuarenta centímetros de profundidad, excavado por lo general en un bancal del río, aunque ha habido ocasiones en que han hecho su madriguera en un nido de termitas arborícolas. En el fondo de este túnel la hembra pone tres o cuatro huevos blancos. Los incuba ella sola durante tres semanas, mientras el macho vigila el nido para ahuyentar a depredadores y competidores. A los dos meses de nacer, los polluelos abandonan el nido y se independizan.