Equus asinus

Equus asinus Linnaeus, 1758

4-Abril-2005.
Cautividad. Europa, España, Comunidad Valenciana, Castellón, entre Peñíscola y Benicarló, en una finca particular.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Perissodactyla.
Suborden: Hippomorpha.
Superfamilia: Equoidea.
Familia: Equidae.
Subfamilia: Equinae.
Género: Equus.
Subgénero: Asinus.
Especie: Equus asinus.

El burro doméstico o asno doméstico es uno de los animales más íntimamente asociados al ser humano, ya que fue uno de los primeros animales domesticados, hace unos siete mil años, al mismo tiempo que los caballos. Como todos los animales domesticados desde tiempos tan antiguos, tiene infinidad de nombres populares, aparece en infinidad de leyendas y tradiciones, y se han seleccionado infinidad de razas locales.

Aunque por sus numerosas razas y selecciones es un animal de morfología muy variable, a rasgos generales se puede decir que suele tener alrededor de un metro de altura hasta la cruz y un color generalmente gris o gris-pardo, aunque puede ser casi negro o blanco. El pelo puede ser corto o largo, el pelo de la crin es corto y rígido. Alrededor del morro y de los ojos suele llevar una zona de pelaje blanco muy corto, sedoso. Las orejas son largas, y las pezuñas estrechas.

Como ya hemos comentado, el burro doméstico ha nacido de su asociación con el hombre. La especie humana ha usado al asno principalmente como medio de transporte y animal de carga, ya que puede cargar hasta el treinta por ciento de su peso corporal. También se ha usado para la producción de mulos (híbrido de burro y yegua), para tirar del arado, por su leche y para usarlos en minería. Sin embargo, desde la Revolución Industrial y la constante aparición y mejora de nuevas máquinas de transporte y agrícolas, los burros han caído en un fuerte declive y en los países ricos se hallan en peligro de extinción, aunque aún siguen abundando mucho en países más pobres. Sin embargo, aparecieron dos nuevos usos que aseguran su supervivencia en los países ricos: como atracción turística (por ejemplo en la isla de Ré, en Francia) o como animal de compañía, ya que el burro es una criatura muy inteligente (mucho más que el caballo), así como infinitamente paciente y bastante cariñosa. A pesar de su inteligencia y su extrema utilidad, el hombre siempre ha tratado al asno de forma muy despectiva en la cultura popular, usando su nombre (asno, burro, pollino...) como insulto para personas incultas o brutas, y tachándole de poco inteligente, ya los antiguos Egipcios simbolizaban la ignorancia mediante una cabeza de asno. Un número inabarcable de cuentos infantiles, leyendas populares y mitos, desde la Antigüedad hasta nuestros días, han puesto al burro en un lugar desfavorable, y los antiguos romanos lo asociaban con algunos dioses malignos y consideraban un mal presagio cruzarse con uno. Por fortuna, hoy en día en general en los países desarrollados se suele tener un concepto mucho más benigno de ellos y son animales que despiertan gran simpatía.