Aztekium ritteri

Aztekium ritteri (Boedeker, 1928) Boedeker, 1929

17-Agosto-2013.
Cautividad. Europa, República Checa, Praga, Universidad de Praga, Jardín Botánico de la Universidad de Praga.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de la Universidad de Praga.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Caryophyllales.
Familia: Cactaceae.
Subfamilia: Cactoideae.
Género: Aztekium.
Especie: Aztekium ritteri.

Este es un curioso cactus globular, solitario o cespitoso con el tiempo, de crecimiento muy lento (un milímetro por año, probablemente el más lento de todos los cactus). Su tallo en forma de disco mide unos cinco centímetros de diámetro y tres de altura, es de color verde-gris y posee de nueve a once costillas. La superficie del tallo es muy rugosa y cubierta de surcos, en realidad esto se debe a que las costillas están formadas por tubérculos como sucede en muchos cactus, pero estos tubérculos están extremadamente comprimidos y aplicados unos encima de otros. Carece de espinas, excepto en el centro del cactus (parte más joven), donde aparecen pocas espinas pequeñas, blancas, curvadas y no punzantes, que caen prontamente. El centro del tallo posee abundante lanosidad blanca. La flor, de un centímetro de longitud, es rosado pálido, con muy pocos pétalos, y sale en el centro de la lanosidad. El fruto, de color blanco rosado, está oculto por dicha lanosidad se abre al madurar liberando las semillas. Al parecer existe una estrecha relación entre este cactus y la planta desértica Selaginella lepidophylla, la cual aumenta las posibilidades de germinación de sus semillas.

Junto con Aztekium hintonii, forman las dos únicas especies de este llamativo género, nombrado así porque su superficie rugosa recordaba al calendario azteca.

Es endémico del Valle de Rayones, al este de Sierra Madre, en Nuevo León, México, en barrancos o pendientes muy pronunciadas por donde corre el agua ocasional e irregularmente. Aunque su área de distribución es muy pequeña y la especie es muy buscada por coleccionistas y colectores, la naturaleza vertical de su hábitat constituye por sí misma una excelente protección para la especie, y se considera hoy en día como no amenazada.