Ceropegia sandersonii

Ceropegia sandersonii Decne ex Hook filius, 1869

18-Agosto-2012.
Cautividad. Europa, Alemania, Baviera, Múnich, Jardín Botánico de Múnich.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Gentianales.
Familia: Apocynaceae.
Subfamilia: Asclepiadoideae.
Género: Ceropegia.
Especie: Ceropegia sandersonii.

Esta es una liana perennifolia, que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura. De sus raíces carnosas, cilíndricas y blancas nacen tallos trepadores retorcidos e irregulares, algo rugosos, de unos cinco milímetros de grosor, que están provistos de pares opuestos de hojas carnosas y coriáceas, de acorazonadas a lanceoladas, de uno y medio a cinco centímetros de longitud y de doce a veinticinco milímetros de anchura, con gruesos peciolos de unos seis milímetros de longitud. De las axilas de las hojas, en verano (de noviembre a marzo), nacen cimas de entre una y cuatro flores muy extrañas, las más grandes de su género, de cuatro a ocho centímetros de longitud y de dos y medio a cinco centímetros de diámetro, con forma de embudo, de color blanco moteado de verde, con los pétalos fusionados en su ápice pero dejando una holgura en los laterales, de modo que la flor tiene cinco aberturas laterales para permitir la entrada de polinizadores, cada una situada entre dos pétalos. Los ápices de los pétalos forman como una especie de paraguas amplio, cuyos bordes están orlados de pelos gruesos, bien blancos y desordenados, bien purpúreos oscuros y colgantes, dependiendo de las subespecies. La base del tubo corolino está sólo ligeramente inflada. Los frutos son pares de folículos más o menos horizontales, de siete y medio a catorce centímetros de longitud y de siete a once milímetros de diámetro, muy fuertemente rugosos, de color verde, con un tinte purpúreo al madurar.

Es nativa del este de la región sudafricana, desde Maputo en Mozambique hasta Port Shepstone en la República Sudafricana. Habita en matorrales y sabanas a entre trescientos cuarenta y mil metros de altitud, en zonas libres de heladas. Como las demás especies de su género, esta planta atrapa a sus polinizadores, retieniéndolos con unos pelos dirigidos hacia el interior de la flor, para asegurar la efectividad de la polinización, la cual es llevada a cabo principalmente por pequeños dípteros. Esto no significa que sea una planta carnívora, y los insectos son liberados una vez que los pelos o la flor entera se ha marchitado. Esta especie concreta tiene posiblemente la más elaborada y perfeccionada estrategia de polinización de todo el género: no sólo tiene la estructura floral adecuada para ello, sino que desde la parte inferior de la "capucha" de la flor emite unos compuestos químicos idénticos a las feromonas emitidas por una abeja de la miel estresada. Las abejas de la miel estresadas emiten estos compuestos para solicitar ayuda a otras abejas de la miel, sin embargo, a menudo son emitidas cuando las abejas son atrapadas por arañas cangrejo, que les tienden una emboscada y las devoran. La evolución ha hecho que pequeñas moscas de la familia Milichiidae detecten las feromonas de las abejas estresadas y acudan a alimentarse de las abejas recién cazadas por las arañas cangrejo (ver ejemplo), o en algunos casos, por mantis o por asílidos. Y estas diminutas moscas carnívoras son las que le interesan a la planta: emitiendo el olor de una abeja estresada, su flor atrae a estas pequeñas moscas y las atrapa para sus polinias queden enganchadas en las patas o la probóscide. Una vez se han marchitado los pelos internos de la flor, entre dos y cuatro días después, la mosca es liberada, con las polinias adheridas, y el insecto muy hambriento por la encerrona acudirá a otra flor de esta especie, engañada de nuevo pensando que se trata de una abeja, y quedará de nuevo encerrada mientras frota las polinias contra la corona de la nueva flor. Esta estrategia favorece a la planta pero no a las moscas: muchas veces, moscas muertas de inanición se han hallado en la base de la flor.

Si que son extrañas las flores, además parecen de un buen tamaño. Me encantan las Ceropegia, pero muchas son postradas, por lo que se cultivan mal fuera de macetas en plena tierra, como mi invernadero, donde sucumben a la competencia por la luz de otras plantas más erguidas.

Pensaba que ya habias aceptado que las antiguas Asclepiadaceae anidan dentro de la familia Apocynaceae.

Las veo demasiado diferentes como para meterlas en la misma familia. Pero en cambio, ayer mismo acepté a las Rubiaceae como pertenecientes al orden Gentianales y no como única familia del orden Rubiales.

Son flores bastante grandes las de esta especie, mayores que las de muchas otras Ceropegia. A ojo tendrán 4-5 cm de largo y unos 3 de diámetro. Esta especie es trepadora, por lo que la luz en tu invernadero no sería un gran problema, pero deberías ubicarla el sitio más seco y soleado del invernadero. Esta especie la había visto en dos ocasiones anteriores: en una floristería en Suecia hace la tira de años, y en venta en los viveros Montecarlo donde estuve trabajando hace muchos veranos. Me alegré de reencontrarla esta vez con cámara de fotos.

La selección de especies de ayer parecía hecha expresamente para ti asi que estaba seguro de que comentarías las fichas jeje.