Chrysoperla carnea

Chrysoperla carnea (Stephens, 1836)
Sinónimo: Chrysopa carnea Stephens, 1836

3-Febrero-2008.
Europa, España, Islas Canarias, Las Palmas, Lanzarote, Puerto del Carmen.
Leg: Isidro Martínez . Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Neuroptera.
Suborden: Planipennia.
Superfamilia: Hemerobioidea.
Familia: Chrysopidae.
Subfamilia: Chrysopinae.
Género: Chrysopa.
Especie: Chrysoperla carnea.

Esta es una de las más comunes y conocidas especies de su familia, y es la especie tipo del género Chrysoperla. Es de pequeño tamaño y con un cuerpo verde recorrido longitudinalmente por una banda clara. Mide entre diez y quince milímetros de longitud corporaly entre veintitrés y treinta milímetros de envergadura alar. En los laterales de la cabeza posee una mancha negra o parda oscura (nunca rojiza como en Ch. lucasina), que ocupa las genas y los laterales del clípeo. Su estipe está recorrido por una línea oscura a lo largo de la mitad de su longitud, o un poco más (siempre menos de la mitad en Ch. pallida y Ch. agilis). En la cara ventral del abdomen, la mayor parte de los pelillos son negros (pálidos en Ch. pallida y Ch. agilis). Las alas son transparentes, con venación verdosa, sus ápices son redondeados. A lo largo de la costa (borde frontal) del ala, los pelillos son largos, de más de un milímetro (mucho más cortas en Ch. lucasina). En las patas, la base de las uñas tiene un aspecto cuadrangular y las uñas están abruptamente dilatadas en su base. Los individuos invernantes se vuelven de un color rosado, lo que probablemente fue el origen de su epíteto específico carnea, que significa de color carne. La larva madura mide unos ocho milímetros de longitud, es de color marrón, con el cuerpo ahusado y algo aplanado, provisto de tubérculos laterales, y con la cabeza armada por dos largas mandíbulas tubulares muy afiladas, con forma de hoz.

Tiene un área natural de distribución amplísima que abarca desde el Círculo Polar Ártico hasta Sudán y desde la Península Ibérica hasta Japón, y además ha sido introducida en numerosos lugares del planeta como medio de control biológico de plagas, estando presente en casi todo el mundo excepto en Australia. Habita en zonas con vegetación herbácea en campos abiertos, a entre diez y dos mil ochocientos metros de altitud, siendo común en praderas, campos de cultivo, linderos de bosque, setos, parques y jardines. Se la considera como una superespecie, constituida por numerosas microespecies prácticamente imposibles de diferenciar unas de otras. La única manera de diferenciar muchas de ellas es por las diferencias en las vibraciones que emiten durante el cortejo. En el futuro, estas microespecies evolucionarán hasta irse convirtiendo en especies. Aunque en climas benignos puede permanecer activa todo el año, habitualmente inverna como imago, entre la hojarasca (o a veces dentro de edificaciones humanas), reanudando su actividad en primavera, cuando tienen lugar las cópulas. Los imagos no son depredadores, sino que se alimentan de polen y néctar, y melaza de pulgones. Suele permanecer en lo alto de las copas de árboles, mostrando así una diferencia ecológica con Chrysoperla lucasina y Chrysoperla kolthoffi, las cuales prefieren la vegetación herbácea. Los huevos son puestos siempre en solitario, lo que ayuda a diferenciarla de algunas especies muy similares, como Chrysoperla pallida la cual pone los huevos en grupos. Pone entre dos y cinco huevos cada día. Las larvas sí que llevan la vida normal de otros Chrysopidae, alimentándose de pequeños insectos. Son muy voraces y pueden destruir colonias enteras de pulgones en poco tiempo, por lo que esta especie es muy utilizada en control biológico de plagas. Tampoco hace ascos a alimentarse de otras larvas o adultos de su propia especie. Crece rápidamente, realizando tres mudas en su vida. Tras dos o tres semanas, las larvas tejen un capullo esférico dentro del cual se transforman en pupas. La fase de pupación dura entre diez y catorce días.



Larva de crisópido, que probablemente sea de esta especie:

Es tan bonita! No sé si es la misma especie que se encuentra en Argentina, pero es muy parecida. Me trae recuerdos maravillosos, amaba buscarlas en el jardín cuando era niña. Gracias por compartirla, no sabía su nombre.

Creo que esta especie ha sido introducida en gran parte del globo, por lo que es esperable que también la haya en Argentina. Pero no sé si hay Chrysopidae autóctonos en Sudamérica.