Chionis alba

Chionis alba (Gmelin, 1789)

11-Agosto-2015.
Cautividad. Europa, Francia, Países del Loira, Loira Atlántico, Nantes, Place de la Monnaie, Muséum d'histoire naturelle de Nantes.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Charadriiformes.
Suborden: Chionidi.
Familia: Chionididae.
Género: Chionis.
Especie: Chionis alba.

Esta es la especie tipo de las solo dos que conforman la familia Chionididae, con un solo género. Ambas son muy parecidas, Chionis alba es mayor que Chionis minor, midiendo unos cuarenta centímetros de longitud y de setenta y cinco a ochenta centímetros de envergadura alar, y tiene la cara desnuda rosada en vez de negra. Ambas tienen el plumaje completamente blanco y un cuerpo robusto y compacto con patas cortas, alas moderadamente largas y cola corta y redondeada. Tienen en la base de la mandíbula superior una cubierta córnea, como una especie de vaina, que les da el aspecto de tener el pico roto. Sus patas terminan en dedos que están unidos por una pequeña membrana sólo en su base. Son llamadas palomas antárticas, por su distribución y su aspecto y tamaño similares a los de una paloma, aunque no están relacionadas con los columbiformes. Son aves muy especializadas, exclusivamente carroñeras, que ocupan en las regiones del Polo Sur el papel de los cuervos en los climas templados: pillar lo que sea a la sombra de las carroñeras de mayor tamaño (págalos y petreles gigantes). Se alimentan casi exclusivamente de huevos, polluelos y adultos de pinguinos muertos, y placentas de focas, pero no hace ascos a los peces, moluscos y crustáceos que encuentre en la costa e incluso consume excrementos, algas y líquenes como complemento alimenticio. Si la comida escasea, es frecuente que devore a sus propios polluelos. Los pinguinos, cormoranes y otras aves marinas que incuban tratan de mantenerlos a raya para alejarlos de sus huevos. Chionis alba también se acerca a las bases permanentes humanas en regiones polares en busca de desperdicios. Durante el invierno, emigra al norte, hasta latitudes tan septentrionales como Buenos Aires. Su nido no es más que un punto resguardado en el suelo rodeado de piedras, plumas, maderas traídas por el mar y cáscaras de huevos. Allí la hembra pone dos o tres huevos de color variable (de blanco a gris o pajizo) con manchas oscuras. Los huevos eclosionan al cabo de un mes de incubación llevada a cabo por ambos padres, y también ambos padres alimentan a los polluelos con comida regurgitada.