Helianthus mollis

Helianthus mollis Buc'hoz, 1783

14-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Parque Belvedere, Jardín Botánico de la Universidad de Viena.
Coordenadas: 48°11′30″N, 16°23′02″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Viena.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Asterales.
Familia: Asteraceae.
Subfamilia: Asteroideae.
Género: Helianthus.
Especie: Helianthus mollis.

El girasol ceniciento es una planta herbácea perenne, rizomatosa, que alcanza hasta un metro y medio de altura. Los tallos son erectos y vellosos. Sus hojas son en su mayoría caulinares y opuestas, habiendo pocas hojas basales y a veces hojas alternas cerca de la inflorescencia. Son sésiles, miden de cinco y medio a catorce y medio centímetros de longitud y de dos a seis y medio centímetros de anchura, y tienen una forma ovalada y un color verde ceniciento, con los márgenes enteros o serrulados, la base redondeada o acorazonada, y con tres nervios principales desde la base. Cada planta produce de una a quince cabezuelas florales, y cada cabezuela posee un involucro ampliamente semiesférico, de doce a veinticinco milímetros de diámetro y con entre treinta y cuarenta brácteas lanceoladas, del involucro emergen entre diecisiete y veintidós flores liguladas amarillas intensas, de hasta tres centímetros de longitud, que rodean a setenta y cinco o más flores del disco amarillas, tubulares, de unos siete milímetros de longitud, con los estambres rematados en anteras oscuras. Florece entre julio y septiembre. El fruto es una cipsela de hasta cuatro milímetros de longitud, vellosa en la punta, con un papo formado por dos escamas aristadas.

Se halla ampliamente repartido por las regiones templadas de la parte central y oriental de Norteamérica, desde Ontario hasta Texas y Alabama, y con poblaciones aisladas adicionales en la costa atlántica desde Maine hasta Georgia, probablemente fruto de antiguas introducciones. Habita en praderas, lados de caminos, bosques abiertos secos, claros rocosos, campos y matorrales, a entre diez y más de seiscientos metros de altitud. Tolera todo tipo de suelos mientras tengan buen drenaje. Las infrutescencias secas son un apreciado recurso para muchas pequeñas aves granívoras.