Cetorhinus maximus

Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765)

21-Julio-2023.
Cautividad. Europa, Noruega, Hordaland, Midhordland, Bergen, Universitetet i Bergen, Muséplassen, Museo Universitario de Historia Natural.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Chondrichthyes.
Orden: Lamniformes.
Familia: Cetorhinidae.
Género: Cetorhinus.
Especie: Cetorhinus maximus.

El tiburón peregrino es la única especie viviente de toda la familia Cetorhinidae. Es el segundo pez más grande del mundo, justo por detrás del tiburón ballena, y puede alcanzar hasta doce metros y veintisete centímetros de longitud y pesar hasta nueve toneladas, en el caso del mayor ejemplar registrado. No obstante, lo más habitual es que midan de seis a ocho metros y pesen hasta cuatro toneladas. Su cuerpo es ahusado, con un hocico alargado muy prominente, algo curvado, y una enorme boca cavernosa que, estando plenamente abierta, supera un metro de diámetro. Los dientes son muy pequeños, de cinco o seis milímetros de longitud, y poseen forma de gancho. Las cinco aperturas branquiales a cada lado de la cabeza son muy largas, rodeando casi completamente el cuello. Sus ojos son diminutos y se sitúan muy cerca de la boca. Su piel es rugosa, fuertemente texturada, de color variable (dorsalmente marrón oscura, negra o negra azulada, diluyéndose hacia el vientre a un blanco grisáceo), y está recubierta por una fina capa de mucosa. La primera aleta dorsal es muy grande y se sitúa a media distancia entre las pectorales y las pélvicas. La segunda aleta dorsal y la aleta anal son pequeñas. El pedúnculo caudal es muy ensanchado, con una gran quilla a cada lado, y culmina en una enorme aleta caudal en forma de media luna, casi homocerca. En la hembra, tan sólo el ovario derecho es completamente funcional, un rasgo exclusivo de esta especie entre todos los tiburones.

Se distribuye por todo el mundo, desde las aguas polares hasta los trópicos, aunque tiende a preferir las aguas frías. Habita en alta mar, aunque suele visitar zonas costeras, y a menudo se ve cerca de la superficie. Suele verse en pequeños grupos de tres o cuatro ejemplares de un mismo sexo, aunque en raras ocasiones han sido vistas congregaciones de hasta un centenar de individuos. Es un animal migratorio que recorre enormes distancias siguiendo los cambios estacionales. En invierno permanece a cientos o incluso miles de metros de profundidad, buscando bancos de plancton abisal, mientras que con la llegada del buen tiempo prefiere aguas más superficiales. Se alimenta filtrando el agua, con la boca abierta hasta hacerla redonda, mientras nada muy lentamente. El agua pasa a través de sus enormes branquias, que retienen los pequeños crustáceos, pececillos y plancton del que se alimenta este animal. Puede filtrar unas dos mil toneladas de agua por hora. No busca activamente su alimento, a diferencia de otros grandes tiburones filtradores. Es bastante tolerante a la presencia humana y ello hace que sea un frecuente objetivo del ecoturismo, sin embargo, en el pasado esto fue también su perdición pues fue objeto de una pesca intensiva. Por ello hoy en día su población ha disminuido hasta considerarse como una especie Vulnerable. Este animal es ovovivíparo y las crías, antes de nacer, se alimentan de los óvulos no fecundados de la madre. La gestación dura entre dos años y medio y tres años y medio, siendo la gestación más larga conocida para un vertebrado. Suele alumbrar unas seis crías por parto, y cuando nacen ya están completamente desarrolladas y miden de uno y medio a dos metros de longitud. Los machos alcanzan la madurez sexual entre los doce y los dieciséis años y las hembras entre los dieciséis y los veinte años.

Cierto, es una especie mítica que me hizo mucha ilusión conseguir. Como los grandes animales marinos suelen ser réplicas, que no me sirven para mi archivo ni para hacer fichas, me aseguré preguntando al personal del museo de que fuera un espécimen real, y sí, lo es, me respondió que una norma de su museo es que todos los especímenes fueran reales salvo que en su cartel indicase lo contrario. Obviamente y como en todas las obras de taxidermia el relleno del cuerpo es artificial. pero la piel es la de un verdadero tiburón peregrino. El hombre al que pregunté me dijo que la coloración no era exacta a la del animal original, pero por lo demás yo no considero para nada que la obra sea desafortunada, está extremadamente bien hecha respetando a la perfección la forma original del animal.

Sin ellos, no podría expandir enormemente las branquias como hace cuando se alimenta.