Gyps fulvus
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Gyps fulvus
Gyps fulvus (Hablizl, 1783)
16-Abril-2007.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, Campo de Belchite, Valmadrid, sobre un cortado.
Leg: Isidro Martínez Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Accipitriformes.
Suborden: Accipitres.
Superfamilia: Accipitroidea.
Familia: Accipitridae.
Subfamilia: Aegypiinae.
Género: Gyps.
Especie: Gyps fulvus.
El buitre leonado es probablemente la especie más común y conocida de entre todos los buitres verdaderos (excluyendo los buitres americanos o zopilotes, que no están emparentados). Es una impresionante ave rapaz de hasta dos metros y sesenta centímetros de envergadura alar, que puede pesar hasta diez kilos. Sus nombres común y científico aluden al color leonado de su plumaje, que domina su dorso, vientre y coberteras alares, si bien las rémiges (plumas de vuelo de las alas) y rectrices (plumas de la cola) son de color pardo mucho más oscuro. Entre el cuello y el pecho posee un collarín de plumas blancas, de aspecto algodonoso. El cuello y la cabeza están completamente cubiertos de un plumón blanco muy corto, ya que las plumas normales grandes se enredarían y mancharían demasiado dado su modo de alimentarse. Su pico es largo pero fuerte y robusto, ganchudo y de color gris negruzco con amplias zonas de color córneo en los laterales. Las robustas patas son grises, con uñas negras mucho más rectas y romas que las de las rapaces cazadoras. Los ojos son de color castaño amarillento. Los ejemplares juveniles son más oscuros que los adultos, con plumas más puntiagudas cada una de las cuales está recorrida longitudinalmente por una banda más clara en su centro, además su pico y ojos son negros, y la gorguera de plumas, en vez de blanca y algodonosa, está formada por plumas muy largas y estrechas de aspecto desmelenado y de color pardo rojizo.
Su área de distribución es bastante amplia, abarcando desde la Península Ibérica y el noroeste de África hasta Assam en el extremo nordeste de la India, mientras que por el sur alcanza hasta el Yemen y Etiopía. Se divide en dos subespecies, la occidental y la oriental. Habita en áreas con cortados verticales de más de medio centenar de metros de altura, preferentemente situados en regiones montañosas, aunque puede verse desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud. Como todas las grandes aves de presa, suelen desplazarse planeando, aprovechando las corrientes térmicas ascendentes para poder volar sin aletear durante largos periodos. De este modo puede viajar grandes distancias sin cansarse, buscando con su agudísima vista las carroñas de animales grandes, que constituyen su alimento. Vuelan en grandes grupos, con cada ejemplar bien separado de los demás, de este modo, cuando un buitre ve un cadáver baja a por él alertando a los que tenga más cerca, los cuales a su vez bajan alertando a los siguientes y así hasta que todos los buitres de la zona conocen que hay una carcasa en ese punto. Una vez sobre el cadáver, los buitres introducen su cabeza y cuello en la carne del animal. Su alimentación es conflictiva y los buitres se pelean constantemente por los mejores bocados, lo cual es una estrategia inteligente de superviviencia ya que los ejemplares más hambrientos son los que más intensamente pelean y de ahí surge un reparto equitativo. Dado que los grandes ungulados salvajes han sido fuertemente diezmados del área de districión del buitre a causa de la destrucción de su hábitat y la caza, el buitre depende del ganado doméstico que el hombre ha impuesto en lugar de los animales salvajes. Por ello, la existencia de muladares y reses muertas abandonadas en el campo es crucial para la supervivencia de la especie. También obtiene buena cantidad de alimento en los vertederos. Los extintos pueblos celtíberos dejaban los cadáveres de sus guerreros caídos en combate a merced de los buitres leonados, en la creencia de que de este modo sus almas podían subir al cielo.
El buitre leonado es monógamo y se empareja de por vida, anidando en grandes colonias. En su nido, una tosca y somera plataforma de palos, hierbas, lana y otros materiales, construido por ambos sexos y situado sobre una repisa rocosa en un acantilado inaccesible, la hembra pone un solo huevo, que ambos padres incuban turnándose por periodos de uno o dos días hasta completar los aproximadamente cincuenta días que dura la incubación. El polluelo es alimentado y atendido por ambos padres, y crece de forma bastante lenta. Debe estar constantemente bien alimentado para no morir de hambre, al contrario que la mayoría de aves cuyos polluelos pueden retrasar su crecimiento si hay días de escasez de alimentos. Hacia los tres meses de vida, el joven buitre empieza a poder volar cortas distancias alrededor del nido. Alcanza la madurez sexual a los cuatro o cinco años y terminan de adquirir el plumaje adulto a los siete u ocho años.
En Valmadrid:
Sobre un tejado en La Rioja:
Volando en los Mallos de Riglos:
En cautividad en el Zoo de Madrid:
16-Abril-2007.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, Campo de Belchite, Valmadrid, sobre un cortado.
Leg: Isidro Martínez Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Accipitriformes.
Suborden: Accipitres.
Superfamilia: Accipitroidea.
Familia: Accipitridae.
Subfamilia: Aegypiinae.
Género: Gyps.
Especie: Gyps fulvus.
El buitre leonado es probablemente la especie más común y conocida de entre todos los buitres verdaderos (excluyendo los buitres americanos o zopilotes, que no están emparentados). Es una impresionante ave rapaz de hasta dos metros y sesenta centímetros de envergadura alar, que puede pesar hasta diez kilos. Sus nombres común y científico aluden al color leonado de su plumaje, que domina su dorso, vientre y coberteras alares, si bien las rémiges (plumas de vuelo de las alas) y rectrices (plumas de la cola) son de color pardo mucho más oscuro. Entre el cuello y el pecho posee un collarín de plumas blancas, de aspecto algodonoso. El cuello y la cabeza están completamente cubiertos de un plumón blanco muy corto, ya que las plumas normales grandes se enredarían y mancharían demasiado dado su modo de alimentarse. Su pico es largo pero fuerte y robusto, ganchudo y de color gris negruzco con amplias zonas de color córneo en los laterales. Las robustas patas son grises, con uñas negras mucho más rectas y romas que las de las rapaces cazadoras. Los ojos son de color castaño amarillento. Los ejemplares juveniles son más oscuros que los adultos, con plumas más puntiagudas cada una de las cuales está recorrida longitudinalmente por una banda más clara en su centro, además su pico y ojos son negros, y la gorguera de plumas, en vez de blanca y algodonosa, está formada por plumas muy largas y estrechas de aspecto desmelenado y de color pardo rojizo.
Su área de distribución es bastante amplia, abarcando desde la Península Ibérica y el noroeste de África hasta Assam en el extremo nordeste de la India, mientras que por el sur alcanza hasta el Yemen y Etiopía. Se divide en dos subespecies, la occidental y la oriental. Habita en áreas con cortados verticales de más de medio centenar de metros de altura, preferentemente situados en regiones montañosas, aunque puede verse desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud. Como todas las grandes aves de presa, suelen desplazarse planeando, aprovechando las corrientes térmicas ascendentes para poder volar sin aletear durante largos periodos. De este modo puede viajar grandes distancias sin cansarse, buscando con su agudísima vista las carroñas de animales grandes, que constituyen su alimento. Vuelan en grandes grupos, con cada ejemplar bien separado de los demás, de este modo, cuando un buitre ve un cadáver baja a por él alertando a los que tenga más cerca, los cuales a su vez bajan alertando a los siguientes y así hasta que todos los buitres de la zona conocen que hay una carcasa en ese punto. Una vez sobre el cadáver, los buitres introducen su cabeza y cuello en la carne del animal. Su alimentación es conflictiva y los buitres se pelean constantemente por los mejores bocados, lo cual es una estrategia inteligente de superviviencia ya que los ejemplares más hambrientos son los que más intensamente pelean y de ahí surge un reparto equitativo. Dado que los grandes ungulados salvajes han sido fuertemente diezmados del área de districión del buitre a causa de la destrucción de su hábitat y la caza, el buitre depende del ganado doméstico que el hombre ha impuesto en lugar de los animales salvajes. Por ello, la existencia de muladares y reses muertas abandonadas en el campo es crucial para la supervivencia de la especie. También obtiene buena cantidad de alimento en los vertederos. Los extintos pueblos celtíberos dejaban los cadáveres de sus guerreros caídos en combate a merced de los buitres leonados, en la creencia de que de este modo sus almas podían subir al cielo.
El buitre leonado es monógamo y se empareja de por vida, anidando en grandes colonias. En su nido, una tosca y somera plataforma de palos, hierbas, lana y otros materiales, construido por ambos sexos y situado sobre una repisa rocosa en un acantilado inaccesible, la hembra pone un solo huevo, que ambos padres incuban turnándose por periodos de uno o dos días hasta completar los aproximadamente cincuenta días que dura la incubación. El polluelo es alimentado y atendido por ambos padres, y crece de forma bastante lenta. Debe estar constantemente bien alimentado para no morir de hambre, al contrario que la mayoría de aves cuyos polluelos pueden retrasar su crecimiento si hay días de escasez de alimentos. Hacia los tres meses de vida, el joven buitre empieza a poder volar cortas distancias alrededor del nido. Alcanza la madurez sexual a los cuatro o cinco años y terminan de adquirir el plumaje adulto a los siete u ocho años.
En Valmadrid:
Sobre un tejado en La Rioja:
Volando en los Mallos de Riglos:
En cautividad en el Zoo de Madrid:
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