Catharanthus roseus

Catharanthus roseus (Linnaeus, 1759) G. Don, 1837
Sinónimo: Vinca rosea Linnaeus, 1759

26-Marzo-2015.
Europa, España, Islas Canarias, provincia de Santa Cruz, Tenerife, Macizo Central, Valle de Güimar, Güimar, en un camino de fincas particulares yendo hacia el Malpaís de Güimar. Ejemplar asilvestrado creciendo en una grieta del asfalto en el borde del camino.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Gentianales.
Familia: Apocynaceae.
Subfamilia: Plumerioideae.
Género: Catharanthus.
Especie: Catharanthus roseus.

La pervinca rosa, especie tipo del género Catharanthus y la única bien conocida dentro de este género, es un pequeño arbusto de base leñosa o una planta herbácea perennifolia, que puede alcanzar hasta un metro de altura. Sus hojas son opuestas, de forma ovalada u oblonga, de hasta nueve centímetros de longitud y tres y medio de anchura, más un corto peciolo de hasta dieciocho milímetros de longitud. Son blandas, glabras, de color verde brillante, con el margen entero, con un nervio central pálido, prominente por el envés. Las flores son solitarias, generalmente axilares, miden hasta cinco centímetros de diámetro y su corola está formada por cinco pétalos asimétricos que se abren de forma aplanada sobre un estrecho tubo de hasta tres centímetros de longitud. Los pétalos son entre blancos y rosa oscuro, siendo la base de cada uno, en su punto de unión con el tubo de la corola, de un color rojo más oscuro. En cultivo se han desarrollado una amplia gama de colores del blanco al rojo oscuro o incluso anaranjado, pudiendo tener los colores invertidos (el centro más claro que el resto de la flor). El fruto es un par de folículos dehiscentes de hasta cuatro centímetros de longitud y tres milímetros de diámetro, que contienen numerosas semillas negras.

Como todas las especies del género Catharanthus, esta planta es endémica de Magadascar. Habita en bosques y pastizales sobre suelos arenosos o calizos. Se trata de una especie amenazada en su hábitat natural, especialmente debido a la imperdonable práctica de la agricultura y ganadería por el método de quema y desbroce del bosque, que está muy en auge en esta Isla de la Biodiversidad o en lo que queda de ella, que cada día es menos. Por fortuna, y a diferencia de la gran mayor parte de especies fabulosas de aspecto insólito endémicas de allí, esta planta tiene el futuro asegurado, ya que es muy popular como ornamental en todo el mundo, incluso en los climas templados y fríos, donde se utiliza como anual. De hecho, se ha naturalizado ampliamente en muchas áreas tropicales y subtropicales fuera de su hábitat natural. Aunque es una especie invasiva, habitualmente no es demasiado agresiva con la vegetación nativa en las zonas donde se instala. Sus flores son polinizadas por mariposas y polillas, y sus semillas dispersadas por hormigas. Esta planta es la fuente de las sustancias químicas actualmente utilizadas contra el cáncer. También es una especie de "cobaya" del mundo vegetal, ya que por ser fácil de infectar con fitoplasmas y reaccionar con síntomas muy apreciables, se utiliza mucho en experimentación para la lucha contra las enfermedades de las plantas cultivadas.

Esta especie es muy común en Valencia, el año pasado la tuve en el jardín, pero no llegué a herborizar una muestra. En ocasiones se la ve asilvestrada.

Parece que se ha pasado de moda, yo hace muchos años que no la veo en parterres de flores de temporada. Antaño se usaba más.