Arocatus melanocephalus

Arocatus melanocephalus (Fabricius, 1798)

21-Julio-2014.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, Soto de Cantalobos, estivando bajo la corteza de un ejemplar añoso de Platanus x hispanica.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hemiptera.
Suborden: Prosorrhyncha.
Superfamilia: Lygaeoidea.
Familia: Lygaeidae.
Subfamilia: Lygaeinae.
Género: Arocatus.
Especie: Arocatus melanocephalus.

Este es un pequeño y bonito chinche de color pardo anaranjado y negro, que mide entre seis y siete milímetros de longitud corporal. Su cabeza es negra y su rostro, también negro, alcanza las coxas medias. Presenta dos formas de color, la nominal y la forma austerus, que tiene mayor cantidad de negro en el pronoto y en las corias. Se puede diferenciar con facilidad de otras especies europeas de Arocatus porque los hemiélitros o corias tienen la mitad anterior rojiza y la posterior completamente negruzca, en cambio en las demás especies la parte posterior contiene una mancha negruzca rodeada de rojizo.

Se distribuye por el sur y centro de Europa, pero en 2012 fue introducido en Norteamérica, donde constituye una plaga invasora. Invernan como adultos en grietas de las cortezas o bajo cortezas sueltas, y hacia el mes de marzo comienzan a despertar y a desplazarse hacia sus plantas nutricias: su alimento casi exclusivo son los frutos del olmo (Ulmus sp), aunque también puede alimentarse de otras especies arbóreas (roble, tilo). No dañan a los árboles de los que se alimentan. Los adultos copulan y ponen sus huevos en las sámaras de los olmos, y las primeras ninfas comienzan a aparecer a finales de mayo. En junio, la mayor parte de los adultos abandonan los olmos y se dispersan por el ambiente, buscando un lugar resguardado y fresco para estivar. Esta especie tiene una sola generación anual.

En ocasiones, este insecto estiva en grandes números en el interior de edificios y otras construcciones humanas que han sido impuestas en su hábitat natural. Esto causa que mucha gente de mente retorcida y cerebro pequeño lo considere como una "plaga asquerosa" y se redacten exhaustivos y "serios" documentos científicos donde se defiende la necesidad de erradicar esta hermosa y completamente inofensiva especie dentro de su área de distribución natural. Como ocurre con todas las especies animales y vegetales que no estén cautivas, nuestra especie sólo piensa en exterminar la vida sobre la Tierra. Afortunadamente, a pesar de un gran esfuerzo mediante venenos, trampas y poda, las poblaciones de este insecto no parecen ser afectadas por las medidas realizadas contra él.