Brocchinia tatei

Brocchinia tatei Smith, 1946

15-Agosto-2013.
Cautividad. Europa, República Checa, Praga, Jardín Botánico de Praga, exhibición de Fata Morgana, invernadero de Fata Morgana.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Praga.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Bromeliales.
Familia: Bromeliaceae.
Subfamilia: Pitcarnioideae.
Género: Brocchinia.
Especie: Brocchinia tatei.

Bromelia terrestre, que forma una roseta de hasta sesenta centímetros de altura y un metro y medio de diámetro, siendo la especie más grande del género. Posee inmensas hojas extendidas o ascendentes, estrechas, de color verde amarillento, marcadas de púrpura en la mitad inferior y de castaño muy oscuro en la base. Cuando la planta crece en condiciones sombreadas, las hojas son planas y de un verde más oscuro, pero a pleno sol se enrollan por los márgenes volviéndose parcialmente tubulares, amarillentas y con una cobertura cerosa más notable. Florece con capítulos de pequeñas flores blancas o de color crema, situados en una gigantesca panícula muy ramificada, de cinco a ocho metros de altura, haciendo que la planta sea un verdadero gigante entre las bromeliáceas.

Esta planta es endémica de los tepuis de Venezuela, habiéndose hallado en el monte Roraima, Ptare-tepui, el Cerro Parú, Guaiquinima y el Macizo de Chimantá. Allí cubre las laderas superiores y las mesetas de la cima en numerosos tepuis, siendo a menudo la especie vegetal dominante en el peculiar ecosistema del que forma parte, el "bosque musgoso" de Clusia y Bonnettia spp. El género Brocchinia es el más primitivo de todas las bromeliáceas actuales, y muestra como esta familia de plantas en su origen eran totalmente terrestres, siendo más tarde en su escala evolutiva cuando adquirieron los hábitos epífitos que caracterizan actualmente a casi toda la familia. Debido a la gran pobreza en nutrientes de los suelos donde habita, esta bromeliácea tiene algunos mecanismos para conseguir un aporte extra de nutrientes, destacando el albergar bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno en el agua de lluvia acumulada en el centro de la roseta. En este depósito de agua a menudo también prospera la planta carnívora Utricularia humboldtii, especie que raramente se encuentra creciendo en otra parte que no sea la roseta de Brocchinia tatei, aunque ocasionalmente se ha visto creciendo en las rosetas de otras plantas de los tepuis.

El monte Roraima es un sitio en el que me encantaría estar, contiene gran cantidad de endemismos tropicales y paisajes espectaculares.

Desde luego. Es tan espectacularísimo este ecosistema único, tan extravagantemente aislado del resto, no por mares ni por cordilleras, sino por barrancos cortados a pico sobre la jungla... es tan único, que Arthur Conan Doyle se inspiró en los tepuis para imaginarse que había allí dinosaurios y pterosaurios supervivientes, en su novela de El mundo perdido. Aunque no es una reliquia de la era Secundaria como sucede con algunas zonas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, sí es un sitio loco de la evolución, como si fueran islas pero estando rodeadas de continente. El sueño de todo naturalista. ¿A quién no le gustaría ir allí?
Esta sección del Botánico estaba teóricamente dedicada a la flora de estos tepuis, pero aunque sí habia alguna, endémica, como esta bromelia o las Heliamphora, la mayoría de la flora era más generalista sudamericana, como la Begonia fuchsioides que puse hace poco, que estaba pegadita a esta bromeliácea (las florecillas rojas que se ven en el fondo de la foto, son de ella).