Aphyllanthes monspeliensis

Aphyllanthes monspeliensis Linnaeus, 1753

5-Mayo-2007.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, Campo de Belchite, Fuendetodos.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Asparagales.
Familia: Asparagaceae.
Subfamilia: Aphyllanthoideae.
Género: Aphyllanthes.
Especie: Aphyllanthes monspeliensis.

El junquillo azul es una hermosa bulbosa que constituye la única especie de su género y de toda su subfamilia. Se trata de una planta cespitosa, compacta y densa, con hojas atrofiadas y no fotosintéticas que emergen de un largo rizoma subterráneo horizontal, muy ramificado, de hasta diez centímetros de longitud y uno de diámetro. Las hojas miden hasta quince centímetros de longitud y son de color púrpura parduzco, con tres nervios verdes y a menudo prolongadas en un mucrón que en realidad es el resto del atrofiado limbo. Los escapos florales, que son la parte fotosintética de la planta, miden hasta setenta centímetros de longitud y dos milímetros de diámetro, son rígidos, estriados longitudinalmante y aparecen en gran número. En primavera, de febrero a junio, da abundantes flores azules (raramente blancas) de hasta cuatro centímetros de diámetro, con seis tépalos oblongos y persistentes, recorridos en su parte media por un nervio azul más oscuro, y rodeados por un involucro formado por seis o siete brácteas coriáceas de color castaño rojizo, las externas (de una a tres, normalmente dos) son largamente mucronadas, y las internas más pequeñas, soldadas entre sí y alternando con las externas. Los estambres son bastante cortos y poseen anteras de color amarillo pálido. Los frutos son cápsulas triloculares de unos tres centímetros y medio de longitud, que se hallan dentro del involucro persistente y que contienen semillas negras.

Esta especie mediterránea occidental se da desde el noroeste de Portugal hasta Italia y desde el norte de Marruecos hasta Libia, donde habita en matorrales, taludes, pastizales secos, roquedos y pedregales, desde el nivel del mar hasta los mil ochocientos metros de altitud. Prefiere los suelos calcáreos y suele evitar los lugares excesivamente áridos.