Breviceps mossambicus

Breviceps mossambicus Peters, 1854

15-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Innere Stadt, Museo de Historia Natural de Viena.
Coordenadas: 48°12′18″N, 16°21′34″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Naturhistorisches Museum Wien.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Amphibia.
Orden: Anura.
Suborden: Neobatrachia.
Superfamilia: Microhyloidea.
Familia: Microhylidae.
Subfamilia: Brevicipitinae.
Género: Breviceps.
Especie: Breviceps mossambicus.

Esta especie de batracio mide hasta cincuenta y dos milímetros de longitud corporal en el caso de las hembras, que son más grandes que los machos. Como todas las ranas de lluvia, destaca por su cuerpo inflado y redondo en el que la cabeza apenas se distingue de su perfil. La piel de su zona dorsal es de un pardo grisáceo moteado de negro. Los ojos son dorados y con pupilas horizontales amplias. Una banda negra a cada lado de la cabeza va desde el ojo, pasando por el tímpano, hasta el nacimiento de la pata anterior, estrechándose gradualmente. La garganta de los machos es marrón, la de las hembras es blanca. En ambos sexos el vientre es blanco con manchas oscuras. De su cuerpo redondo emergen las patas cortas y robustas, que terminan en dedos no palmeados, siendo los dos dedos más externos de la pata posterior mucho más pequeños que los dedos restantes.

Se halla ampliamente distribuida por el este de África meridional, desde Tanzania hasta Sudáfrica. Habita en sabanas, matorrales, pastizales, tierras de labor y jardines rurales, desde el nivel del mar hasta unos mil ochocientos metros de altitud. Durante la estación seca, estos anfibios permanecen ocultos e inactivos bajo rocas o entre raíces de árboles. Tras una lluvia lo bastante intensa, emergen enjambres de termitas aladas, y las ranas emergen a su vez para alimentarse de ellas. También puede consumir otros pequeños invertebrados. La hembra pone entre veinte y veinticinco huevos en una cámara esférica excavada bajo la hojarasca o entre matojos de hierba. Cada huevo mide unos seis milímetros de diámetro, y el doble si se incluye la cápsula gelatinosa en la que está envuelto. Los embriones no pasan por la fase de renacuajo ni llevan una vida acuática: dentro de sus huevos, tardan de seis a ocho semanas en transformarse directamente en ranitas jóvenes. Hasta que esto sucede, la hembra permanece cerca de sus huevos para protegerlos, pero no en la misma cámara sellada donde éstos se encuentran.