Cosmobunus granarius

Cosmobunus granarius (Lucas, 1846)

25-Julio-2021.
Europa, España, Andalucía, Almería, Poniente Almeriense, Roquetas de Mar, Aguadulce, en el interior de una mina abandonada.
Leg: Isidro Martínez. Det: Francisco Rodríguez Luque (Faluke).


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Arachnida.
Orden: Opiliones.
Suborden: Palpatores.
Superfamilia: Phalangioidea.
Familia: Sclerosomatidae.
Subfamilia: Leiobuninae.
Género: Cosmobunus.
Especie: Cosmobunus granarius.

Única especie del género Cosmobunus, éste es un opilión bastante grande, con un cuerpo de unos siete milímetros de longitud en los machos y nueve en las hembras, y una envergadura de patas de unos seis centímetros. Su cuerpo es globoso y está adornado dorsalmente por una amplia banda longitudinal de color pajizo, bordeada en sus lados por bandas casi negras que se diluyen gradualmente hacia el exterior de color pardo grisáceo. No obstante la coloración es muy variable, en los ejemplares más claros la banda clara central apenas posee escasos puntos oscuros delimitando sus laterales, mientras que en los ejemplares más oscuros las dos bandas oscuras que bordean a la central ocupan casi todo el abdomen. La protuberancia en la que se sitúan los ojos (tubérculo ocular) es de color amarillo claro y posee dos ojos negros, rodeados por un círculo de seis dientes. Los pedipalpos, quelíceros y coxas son de color cremoso pálido mientras que las patas son de color parduzco, oscureciéndose en las articulaciones, las patas son muy largas en proporción al cuerpo.

Se distribuye por el este y sur de la Península Ibérica, el sur de Francia (donde no fue descubierto hasta 2017), y por el norte de África, habiendo sido descrito inicialmente de Argelia. Es un animal nocturno y durante el día permanece oculto en lugares sombríos. Los juveniles se encuentran siempre en el suelo sin excepción, pero en cambio, los adultos se desplazan por la vegetación herbácea o arbustiva o los troncos de árboles. Se alimenta de materia orgánica muerta tanto vegetal como animal, especialmente frutas caídas e insectos muertos. Quizás lo más llamativo acerca del comportamiento de esta especie es su tendencia a congregarse en lugares oscuros como los techos y paredes de túneles, minas y cuevas (pero nunca muy lejos de la entrada) o bajo puentes, donde a menudo forma masas muy compactas con innumerables ejemplares, a veces más de un centenar. Por la gran longitud de sus patas, los cuerpos quedan ocultos en esta masa, y el bosque de patas se asemeja a un extraño crecimiento de hongos o de raicillas finas que cuelgan de las paredes de la cueva. Cuando los ejemplares no han hallado una de estas masas en las que congregarse y se ven obligados a descansar de forma solitaria, lo hacen con el cuerpo encajado en alguna grieta y las patas aplicadas contra el sustrato lo máximo posible, de modo que sea mucho más difícil de detectar tanto visualmente como por otros medios (como los radares de los murciélagos). A pesar de su fuerte asociación con cuevas y refugios similares, la especie también es capaz de vivir en pleno exterior, donde las hembras entierran sus huevos en el suelo en otoño, eclosionando a inicios de primavera. Las crías se transforman en adultos a inicios de verano, y tras reproducirse y poner de nuevo los huevos, mueren en otoño. En aquellas cuevas donde las condiciones ambientales son estables todo el año, en cambio, la especie se reproduce todo el año y su vida como adulto se prolonga.