Dipodomys ordii

Dipodomys ordii Woodhouse, 1853

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Rodentia.
Suborden: Castorimorpha.
Superfamilia: Geomyoidea.
Familia: Heteromyidae.
Subfamilia: Dipodomyinae.
Género: Dipodomys.
Especie: Dipodomys ordii.

Esta especie de rata canguro mide entre veintiuno y treinta y seis centímetros de longitud total, de la cual, unos trece centímetros corresponden a la cola y el resto al conjunto de cabeza y cuerpo. Pesa entre cincuenta y cinco y noventa y seis gramos, tendiendo los machos a ser muy ligeramente mayores que las hembras. Su pelaje es largo y sedoso, de rico color leonado en el dorso, con pelos negros dispersos, y el pelaje ventral es más pálido. Entre los hombros posee una glándula secretora de aceite, que usa para mantener su pelaje aseado. Posee abazones, orlados de pelo, para almacenar semillas en sus mejillas mientras las transporta al nido. El labio superior es blanco y sendas manchas pálidas aparecen sobre los ojos, y otras dos detrás de las orejas. Sus patas terminan en cinco dedos, las anteriores son pequeñas y las posteriores son largas y fuertes, modificadas para saltar, con pies de cuatro centímetros de longitud. La suela de sus pies está cubierta de pelaje blanco. La cola es oscura en su parte dorsal, con dos bandas blancas a cada lado, y termina en un mechón de pelos largos blancos. Los juveniles tienen el pelaje algo más apagado y oscuro que los adultos.

Se halla ampliamente distribuido por el oeste de Norteamérica, desde el sur de Canadá (Saskatchewan) hasta el centro de México: el área de distribución más extensa de entre todas las ratas canguro. Habita en los bancales fluviales arenosos, las dunas, las planicies subdesérticas y los matorrales áridos. Prefiere los entornos secos, y un incremento en la cobertura vegetal afecta directamente de forma negativa a su densidad de población. Evita los suelos rocosos y compactos, donde es sustitido por D. merriami, especie con la que puede cohabitar gracias a esta segregación ecológica. Sus madrigueras están situadas en suelos arenosos, siendo uno de los pocos animales capaces de establecer su hogar en las dunas móviles. Es de actividad nocturna, y durante el día se retira en su madriguera tapando su entrada con arena, lo que le permite aislarse mejor tanto de las temperaturas extremas como de los potenciales enemigos. Si un depredador, como una serpiente de cascabel o una coruja, lo acorrala, el roedor puede lanzar rápidamente arena a los ojos de su enemigo con las patas traseras, ganando el tiempo necesario para huir. No hiberna, y sale a diario de su madriguera en busca de comida incluso aunque el suelo esté cubierto de nieve. Su dieta está formada principalmente por semillas, pero en verano también consume algunos insectos. Raramente beben agua si no es estrictamente necesario, ya que la obtienen de su alimento. Es un animal solitario, cuyos encuentros con congéneres desembocan en peleas en las que ambos rivales se tratan de dar patadas en el aire con sus potentes patas posteriores. Únicamente se reúne con sus congéneres para criar, lo que sucede en primavera y otoño, cuando las escasas lluvias de las regiones desérticas acontecen. Tras un mes de gestación, la hembra pare una camada de entre dos y cuatro crías en un nido subterráneo, donde permanecen hasta un mes. Las crías tienen un desarrollo muy rápido para aprovechar al máximo las breves condiciones de bonanza: en dos meses alcanzan ya la madurez sexual. Puede vivir hasta diez años.