Dasyprocta punctata

Dasyprocta punctata Gray, 1842

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Rodentia.
Suborden: Hystricomorpha.
Superfamilia: Cavioidea.
Familia: Dasyproctidae.
Género: Dasyprocta.
Especie: Dasyprocta punctata.

El agutí centroamericano es un roedor grande, con el cuerpo alargado y delgado, de entre cuarenta y dos y sesenta y dos centímetros de longitud corporal, con el cuello grueso y el lomo arqueado. Su pelaje es brillante y sedoso, de color castaño rojizo en tonalidad variable, oscureciéndose en las zonas dorsales. El vientre es más claro, de un pardo amarillento, mientras que el mentón y la región inguinal son de color anaranjado claro o blanquecino, y el pecho tiene una coloración similar a la del dorso. En algunos ejemplares aparecen difusas bandas de pelaje algo más claro en los flancos. Las orejas son cortas y redondeadas. Las patas delanteras, relativamente cortas, poseen cuatro dedos, con garras relativamente finas, y las posteriores poseen tres dedos, con garras mucho más gruesas, similares a pezuñas. Ambos pares de patas poseen los pies de color negruzco. Posee un total de veinte dientes. Las hembras poseen cuatro pares de mamas.

Se distribuye en dos amplias áreas separadas: la primera por toda Centroamérica y regiones cercanas, desde el extremo sur de México (incluyendo toda la Península de Yucatán) hasta el oeste de Venezuela, Colombia y Ecuador, y la segunda en Sudamérica, desde el sur de Bolivia y Perú hasta el norte de Argentina, dividiéndose en diecinueve subespecies. Habita en regiones boscosas de toda clase, e incluso en menor grado en áreas cultivadas, desde el nivel del mar hasta unos dos mil metros de altitud. De actividad diurna y terrestre, este animal se alimenta sobre todo de frutos que han caído de los árboles. Son capaces de percibir el sonido de frutas maduras que caen de los árboles a gran distancia y acudir al lugar. En menor grado consume brotes y hojas, semillas, e incluso se le ha visto capturando cangrejos. Suele crear reservas de semillas enterradas que aprovecha en las épocas de escasez de alimentos, como olvida consumir muchas de las semillas almacenadas, este animal juega un importante papel ecológico en la dispersión de árboles y arbustos, hasta el punto de que una leguminosa, la Hymenaea courbaril, depende casi exclusivamente de forma local de este roedor para su superviviencia. El agutí centroamercano se refugia en oquedades naturales, entre rocas o bajo raíces colgantes de árboles, en troncos abatidos huecos o bajo la vegetación espesa. Si se asusta, puede emitir un ladrido (que ayuda a advertir a sus congéneres del peligro), erizar el pelo del lomo (lo que le hace parecer más grande) y huir con gran agilidad y velocidad. Pasa gran parte de su tiempo acicalándose y desparasitándose, usando sus patas anteriores para rastrillar su pelaje. En ocasiones el acicalamiento es mutuo entre los dos miembros de una pareja. Las parejas son monógamas y territoriales, y puede reproducirse durante todo el año, aunque suelen coordinar los partos con la época de mayor abundancia de alimentos. Tras entre noventa y tres y ciento veintisiete días de gestación, la hembra pare una camada de entre una y cuatro crías, pudiendo tener dos o tres camadas al año. Las crías nacen totalmente desarrolladas, cubiertas de pelo y con los ojos abiertos, y pueden correr en su primera hora de vida, y siguen a su madre allá donde vaya en sus dos primeras semanas de vida. La madre amamanta a sus pequeños durante unas veinte semanas. Puede vivir hasta trece años.