Asphodeline lutea

Asphodeline lutea (Linnaeus, 1753) Reichenbach, 1830

28-Abril-2019.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, cultivada en mi jardín. Planta enviada por Antoine Josse y recibida el 30 de marzo de 2016.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Asparagales.
Familia: Xanthorrhoeaceae.
Subfamilia: Asphodeloideae.
Género: Asphodeline.
Especie: Asphodeline lutea.

Ésta es la especie tipo de las diecisiete que conforman el género Asphodeline. Es una planta herbácea perenne, rizomatosa y cespitosa, que alcanza hasta un metro y veinte centímetros de altura cuando está en flor. Forma una roseta basal de hojas lineares y acanaladas, de hasta treinta centímetros de longitud, de color marcadamente glauco. De la roseta basal emergen los escapos florales, erectos, cubiertos de hojas en toda su longitud, las hojas del escapo floral son más cortas que la de la roseta basal y decrecen progresivamente conforme se acercan a la inflorescencia. Ésta consiste en un denso racimo terminal erecto, de hasta veinte centímetros de longitud, formado por vistosas flores amarillas de hasta tres centímetros de diámetro, fragantes, con forma de estrella, formadas por seis tépalos (los cinco superiores más dirigidos hacia arriba, dejando al tépalo inferior algo apartado del resto), y seis estambres muy fuertemente recurvados hacia arriba, tres de ellos cortos y tres mucho más largos, y el estilo, también muy recurvado hacia arriba, es ligeramente más largo que los estambres largos. Las flores emergen de largas brácteas estrechas, más largas que los pedúnculos florales. Florece a finales de primavera, de mayo a julio, y los frutos maduran de julio a septiembre. Los frutos son cápsulas triloculares globosas, de color verde brillante al principio y pajizo al madurar y abrirse liberando semillas negras.

Es nativa del sudeste de Europa, el norte de África, el Cáucaso, Turquía e Israel. Habita en laderas herbosas secas y soleadas, en cultivos abandonados o en lugares rocosos o pedregosos, preferentemente sobre suelos calizos. Las flores son comestibles, incluso en crudo, tienen un sabor dulce, aunque deben consumirse rápidamente tras su recolección, ya que se marchitan y descomponen con rapidez. También los rizomas son comestibles, con sabor que recuerda a nueces, y aunque no son muy gruesos son producidos en abundancia, los antiguos griegos tenían en muy alta estima este alimento, que consumían asado con sal y aceite, o bien machadado y mezclado con higos.

Así es :-)

Ahora la inflorescencia está más llena de flores.