Chalcothea smaragdina

Chalcothea smaragdina (Gory et Percheron, 1833)

22-Julio-2017.
Cautividad. Europa, España, Madrid, Faunia, en la exposición permanente "Microfauna" realizada por Pedro Velasco.
Leg: Isidro Martínez. Det: Pedro Velasco.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Scarabaeoidea.
Familia: Cetoniidae.
Subfamilia: Cetoniinae.
Género: Chalcothea.
Especie: Chalcothea smaragdina.

Este escarabajo mide entre dos y medio y tres centímetros de longitud corporal, y presenta el aspecto típico de los cetónidos, pero con un aspecto algo más alargado y puntiagudo de lo normal. Es de color verde metálico uniforme muy brillante, salvo las patas, antenas y apéndices bucales, que son de tonos pardo-anaranjados. La cabeza es alargada, con el clípeo plano y ancho, desprovisto de cuernos y hendido en su parte media. La característica más distintiva de esta especie es su pronoto, fuertemente hundido en su parte media, formando un ancho valle triangular que se estrecha gradualmente hacia delante. El borde posterior del pronoto es fuertemente sinuoso, con un amplio lóbulo medio expandido hacia atrás, de modo que el escutelo, triangular y relativamente grande, se sitúa claramente más atrás que la base de los élitros. Los élitros tienen la típica forma trapezoidal alargada de los cetónidos, pero están hundidos a todo lo largo de la parte central del insecto, formando un ancho valle que continúa con el del pronoto (el escutelo se sitúa, lógicamente, en el fondo de este valle). El pigidio es grande, claramente visible desde arriba.

Otras especies de Chalcothea como Ch. affinis, Ch. neglecta y Ch. resplendens poseen la base del pronoto mucho más ancha que la de Ch. smaragdina, a causa de que los ángulos posteriores se prolongan lateralmente, elevándose del contorno general del pronoto. Por lo demás, su aspecto, coloración, escultura, etc. son iguales.

Se distribuye ampliamente por Indonesia, Malasia y Sumatra, donde habita en las selvas húmedas. Nada se sabe sobre su biología, aunque seguramente, como es habitual entre los cetónidos, los imagos deben de acudir a la fruta demasiado madura y caída, y a las heridas rezumantes de savia de los árboles.