Ericameria palmeri

Ericameria palmeri (A. Gray, 1876) H. M. Hall, 1907

10-Julio-2016.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, California, San Diego, Parque Balboa, Jardín de Plantas Nativas.
Leg: Isidro Martínez. Det: Parque Balboa.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Asterales.
Familia: Asteraceae.
Subfamilia: Asteroideae.
Género: Ericameria.
Especie: Ericameria palmeri.

Es un arbusto perennifolio, densamente ramificado, de forma redondeada, que puede llegar a alcanzar hasta cuatro metros de altura y tres de extensión. Los tallos son erectos, verdes cuando jóvenes y más tarde rojizos o marrones, y se hallan cubiertos de fosetas rellenas de resina, al igual que las hojas. Las hojas son de lineares a estrechamente oblanceoladas y miden hasta cinco centímetros de longitud y dos milímetros de anchura, con sección de circular a aplanada, se disponen en fascículos de entre una y diez hojas. Cada planta produce miles de diminutas cabezuelas florales amarillas dispuestas en racimos tirsiformes de hasta medio metro de longitud y quince centímetros de diámetro. Cada cabezuela está formada por un pedúnculo de hasta un centímetro y medio de longitud, que termina en un involucro turbinado o acampanado de hasta siete milímetros de longitud y cuatro de diámetro, formado por entre dieciséis y veinticuatro brácteas de color leonado, dispuestas en entre tres y cinco series, mientras que el disco está formado por entre seis y veinte flores de unos seis milímetros de longitud, rodeadas por entre dos y ocho lígulas de hasta cinco milímetros de longitud. El fruto es un aquenio marrón, más o menos cilíndrico, peludo, de hasta cuatro milímetros de longitud, provisto de un vilano que dobla su longitud.

Se distribuye por el sur de California y la península de Baja California, incluyendo las Islas del Canal y el Desierto de Sonora, dividiéndose en dos variedades. Suele crecer en mesetas y laderas, desde el nivel del mar hasta los ochocientos metros de altitud, y prefiere los suelos arenosos y arcillosos. Florece en pleno verano y otoño, cuando pocas plantas más están en flor en su hábitat natural, por ello es un recurso importante para los insectos florícolas.