Antepipona doursii

Antepipona doursii (Saussure, 1855)

4-Agosto-2015.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, Ribera Baja del Ebro, Pina de Ebro, en una colección particular.
Leg: Javier Blasco Zumeta. Det: Leopoldo Castro.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hymenoptera.
Suborden: Apocrita.
Superfamilia: Vespoidea.
Familia: Vespidae.
Subfamilia: Eumeninae.
Género: Antepipona.
Especie: Antepipona doursii.

Esta pequeña avispa mide unos doce milímetros de longitud y tiene un color predominantemente negro, con marcas de un amarillo pálido, casi blanco. El clípeo y las mandíbulas son amarillos en el macho, aunque las mandíbulas poseen un borde negro. Las antenas son negras, salvo la parte anterior del escapo que es amarilla. Entre las dos antenas hay una pequeña mancha amarilla. Por delante y por detrás del ojo existen dos pequeñas manchas amarillas. A cada lado del pronoto hay una mancha amarilla. Las tégulas son también amarillas. El primer segmento abdominal, o peciolo, posee el borde posterior amarillo, que en sus extremos se extiende hacia delante. El segundo segmento abdominal también posee un borde amarillo, pero más regular y continuo, y se llega a extender un poco por el lado inferior. Las patas son de color castaño rojizo intenso, salvo la base de los fémures, que es negra. Las alas son casi transparentes, con un leve tono pardo ahumado, más marcado cerca de la costa del ala anterior.

La especie recientemente descubierta Antepipona gusenleitneri es casi idéntica a Antepipona doursii, pero se diferencia porque los machos tienen los tarsos posteriores mucho menos alargados, mientras que la hembra carece de los dientes del postescutelo que están bien desarrollados en A. doursii.

Se distribuye por la Península Ibérica, el sur de Francia, la isla de Cerdeña y el norte de África. Habita en zonas de alta montaña, monte bajo, bosques de ribera, espacios pedregosos y en general todo tipo de ambientes donde existan algunas flores. Los imagos vuelan de mayo a agosto y acuden a las flores, como las de labiadas, compuestas y umbelíferas, para alimentarse de su néctar. También se posan sobre el suelo húmedo para absorber el agua, especialmente cuando hace calor. Cuando van a dormir, estas avispas se agarran fuertemente con las mandíbulas a un fino tallo y a menudo sueltan las patas, quedando suspendidas e inmóviles hasta que el sol se alza de nuevo permitiéndoles alzar el vuelo.