Editha fuscipennis

Editha fuscipennis Lepeletier, 1845

15-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Innere Stadt, Museo de Historia Natural de Viena.
Coordenadas: 48°12′18″N, 16°21′34″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Naturhistorisches Museum Wien.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hymenoptera.
Suborden: Apocrita.
Superfamilia: Sphecoidea.
Familia: Crabronidae.
Subfamilia: Bembicinae.
Género: Editha.
Especie: Editha fuscipennis.

Es una avispa grande y brillantemente coloreada. Sus antenas son negras con el escapo anaranjado, y están formadas por doce segmentos en la hembra y trece en el macho. En éste, el sexto segmento antenal posee una espina inferior conspicua, y los segmentos octavo y noveno poseen cada uno una espina más pequeña. La cabeza es negra con grandes ojos, bordeados posteriormente por una banda amarilla. Su clípeo no está tan claramente dividido en dos partes como en Editha magnifica. El tórax es negro, con el pronoto amarillo y la parte posterior marcada extensamente de amarillo. El abdomen es de color negro con grandes y contrastadas manchas amarillas en los laterales de los segmentos primero a cuarto. Los machos poseen siete segmentos abdominales visibles, las hembras, sólo seis. El último segmento abdominal del macho posee dos fuertes espinas laterales, curvadas hacia dentro, y la zona central formando una prominencia truncada, ligeramente hendida en su centro. El sexto esternito abdominal del macho está adornado por una hilera transversa de espinas, y el octavo esternito posee una espina con forma de lanza. Las alas son de color fuertemente ahumado, de forma uniforme. Las patas son negras, el fémur del segundo par de patas posee bajo el ápice un surco y un diente.

Se distribuye por Sudamérica, habiéndose citado de Brasil y Paraguay, donde habita preferentemente en zonas montañosas. Necesita de zonas arenosas donde poder excavar su nido. Los adultos liban el néctar de diversas flores. Las hembras fecundadas se especializan en la captura de mariposas, tras cazarlas las paralizan con su aguijón y las llevan a su nido subterráneo, donde sus cuerpos servirán de alimento a la futura larva de la avispa.