Dinocrocuta gigantea

Dinocrocuta gigantea (Schlosser, 1903)

17-Agosto-2022.
Cautividad. Europa, Luxemburgo, barrio de Grund, Museo Nacional de Historia Natural.
Obs: QC421.
Leg: Isidro Martínez. Det: Museo de historia natural de Luxemburgo.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Carnivora.
Suborden: Feliformia.
Familia: Hyaenidae.
Subfamilia: Percrocutinae.
Género: Dinocrocuta.
Especie: Dinocrocuta gigantea.

Ésta es una especie extinta de gigantesca hiena, la más grande que ha existido, y la especie tipo de las tres conocidas en el género Dinocrocuta. Con un tamaño semejante al de un león moderno, era el doble de voluminosa que una hiena manchada actual, y podía medir hasta dos metros y diez centímetros de longitud, hasta un metro y sesenta centímetros de altura hasta la cruz, y pesar hasta unos doscientos cincuenta kilos. Su cuerpo tenía una musculatura hipertrofiada. Sus patas eran fuertes, terminadas en garras afiladas semejantes a las de los felinos pero no retráctiles, y sus mandíbulas eran muy potentes, provistas de enormes dientes, más bien cónicos en lugar de aplanados. Su enorme cabeza, con un cráneo de hasta cuarenta y tres centímetros de longitud, tenía una forma peculiar por su morro chato y respingón, habiendo una fuerte concavidad entre el morro y la frente. Su cola era bastante corta.

Vivió a finales del Mioceno, hace entre doce y nueve millones de años, y se extendió por gran parte de Eurasia, desde España hasta China central. Habitaba en las sabanas de las regiones cálidas. Se trataba de un depredador activo de mamíferos grandes, aunque también consumía carroña cuando la encontraba. Entre sus presas se contaba el gran rinoceronte sin cuernos y con colmillos Chilotherium, del que se han hallado cráneos fósiles con marcas de dientes parcialmente curadas correspondientes a esta especie de hiena, lo que indica que el rinoceronte fue atacado con vida y sobrevivió al ataque. Es probable que la hiena gigante no se atreviese con una presa tan grande como este rinoceronte salvo en casos en que éste estuviera herido, enfermo o dando a luz. Podía correr hasta setenta kilómetros por hora en pos de sus presas, a las que detectaba sobre todo por el olfato. Su vista era buena, pero no poseía la capacidad de visión nocturna de las hienas actuales. Sus poderosas mandíbulas podían triturar huesos sin dificultad. Se desconocen las causas de su extinción, pero se presume que pudieron estar relacionadas con la escasez o extinción de las presas de las que dependía. Sus fósiles se han hallado en España, Bulgaria, Grecia, Turquía, Irán, Pakistán, Mongolia y China.

Reconstrucciones en vida:
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https://prehistoric-fauna.com/image/cache/data/Dinocrocuta-gigantea-738x591.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c0/Dinocrocuta101_flipped.jpg