Canariomys bravoi

Canariomys bravoi Crusafont-Pairó et Petter, 1964

22-Marzo-2015.
Cautividad. Europa, España, Islas Canarias, provincia de Santa Cruz, Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, Calle Fuente Morales, Museo de la Naturaleza y el Hombre.
Leg: Isidro Martínez. Det: Museo de la Naturaleza y el Hombre.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Rodentia.
Suborden: Myomorpha.
Superfamilia: Muroidea.
Familia: Muridae.
Subfamilia: Murinae.
Género: Canariomys.
Especie: Canariomys bravoi.

La rata gigante de Tenerife es un roedor extinto, cuyo cráneo alcanzaba hasta siete centímetros de longitud, por lo que, calculando el tamaño de su cuerpo en proporción, podría haber sido tan voluminosa como un conejo, convirtiéndose así en la especie más grande conocida de la familia Muridae. Era un animal fuerte y musculoso, probablemente con grandes habilidades para trepar. Sus uñas iguales en las patas delanteras que en las traseras, y sus manos algo más cortas que sus pies, sitúan a este animal en una posición intermedia entre las ratas terrestres y las ratas arborícolas. Se alimentaba de forma oportunista de vegetales e insectos.

Era endémica de la isla de Tenerife, en las islas Canarias, pero de distribuía ampliamente por toda la isla, desde el nivel del mar hasta unos mil metros de altitud, en zonas de laurisilva y sobre todo en el bosque termófilo. La especie muy similar Canariomys tamarani, igualmente extinta, sustituía a C. bravoi en la isla de Gran Canaria. Vivió durante el Plioceno y el Pleistoceno, y se extinguió muy probablemente a causa de la colonización humana de las islas Canarias, seguramente por la introducción de fauna exótica por parte de los primeros aborígenes canarios, especialmente del ratón casero (Mus musculus), que pudo haberle transmitido parásitos y enfermedades, aniquilando a la rata nativa en un tiempo demasiado rápido como para dejar pruebas fósiles de esta extinción, ya que según las pruebas de datación por carbono 14, hay casi un milenio de diferencia entre los últimos restos fósiles de Canariomys bravoi y los primeros restos de humanos o de especies introducidas por humanos. El naturalista tinerfeño Telesforo Bravo descubrió por primera vez sus fósiles, y por ello se ha dedicado la especie en su honor. Sus restos fósiles son más abundantes en cuevas y en tubos volcánicos, a menudo mezclados con restos de otros animales extintos como el lagarto Gallotia goliath.

Reconstrucción en vida:
http://www.planet-mammiferes.org/Photos/Rongeur/Myomo/Murine/CanaBra1.jpg