Aloe tenuifolia

Aloe tenuifolia Lamarck, 1783
Sinónimo: Aloe congolensis De Wildeman et T. Durand, 1899

2-Enero-2015.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, cultivada en mi terraza.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Asparagales.
Familia: Xanthorrhoeaceae.
Subfamilia: Asphodeloideae.
Género: Aloe.
Especie: Aloe tenuifolia.

Este Aloe es ampliamente conocido en horticultura bajo el nombre de Aloe congolensis, sin embargo, según The Plant List este nombre es un sinónimo de Aloe tenuifolia. Otras fuentes consideran, sin embargo, que Aloe tenuifolia es un nomen dubium. Sea como fuere, existe muchísima más información e imágenes sobre este taxon como Aloe congolensis que como Aloe tenuifolia. Es una especie que no ha sido oficialmente descrita, pero ha sido denominada de forma "informal" como Aloe congolensis durante muchos años. No aparece en la obra "Aloes: The Definite Guide", publicada en 2011, a pesar de ser una planta común en cultivo. La primera planta que se encontró de esta especie fue hallada en un matorral sobre suelo arenoso cerca de Kimuenza, en el Congo, pero podría tratarse de la misma especie que Aloe buettneri, aunque esta última especie, ampliamente distribuida por África occidental, es muy diferente a las plantas que se venden como Aloe congolensis: es acaule y suele ser solitaria, alcanza mucha mayor altura, tiene hojas más anchas y una hinchazón bulbiforme en la base del tallo, de la que carece la especie que nos ocupa.

Es una especie que forma masas de hasta veinticinco centímetros de altura y noventa de diámetro, compuestas por numerosas rosetas de unos doce centímetros de diámetro, con hojas rígidas y cortas, de color verde brillante, que casi parecen de plástico. Pueden ser planas o recurvarse cerca del ápice. Los bordes de las hojas están provistos de dientes muy grandes y bien espaciados, del mismo color que el resto de la hoja. Es una planta de crecimiento lento. Las rosetas se transforman con el tiempo en tallos arqueados o rastreros, de hasta sesenta centímetros de longitud. A menudo los tallos mantienen todas sus hojas, sin dejar caer las inferiores ya marchitas. Las hojas se tornan rojas cuando la planta sufre por exceso de frío o de sequedad. Las flores, de color rojo rosado, se disponen en racimos solitarios (no ramificados), de hasta treinta centímetros de altura, que aparecen de finales de otoño a mediados de invierno. Sólo las plantas muy maduras florecen, y no lo hacen si no están a pleno sol. Es una especie particularmente sensible al frío en comparación con otras del mismo género.

Otra especie más de Aloe!

Añado una foto actual, dos años después.