Ectopistes migratorius
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Ectopistes migratorius
Ectopistes migratorius (Linnaeus, 1766)
11-Agosto-2009.
Cautividad. Europa, Francia, Poitu-Charentes, Charentes-Maritimes, Musée d'Histoire Naturelle du La Rochelle.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Columbiformes.
Familia: Columbidae.
Subfamilia: Columbinae.
Género: Ectopistes.
Especie: Ectopistes migratorius.
La paloma viajera o migratoria es, probablemente, la más conocida de las aves extinguidas recientemente después del dodo, tanto por su origen norteamericano como por su peculiar biología y por la triste historia de su exterminio, que muestra una vez más la bestialidad del ser humano, la única especie animal capaz de provocar una Extinción Masiva.
Era una paloma de gran tamaño, similar al de una paloma común de ciudad, pero con una silueta y coloración que claramente la relacionan con el género Zenaida, compuesto por especies de menor tamaño. La paloma viajera, única especie de su género, tenía patas rojas, pico negro y presentaba un dimorfismo sexual moderado. Los machos tenían la cabeza y el dorso de un gris plomizo azulado, la garganta y pecho de un color asalmonado y las infracobertoras caudales blancas. Las hembras eran de una coloración similar pero mucho más apagada, y el gris del dorso estaba sustituido por un pardo sucio.
Esta paloma tenía una biología muy peculiar, pues se trataba del ave más abundante de la Tierra. Era una especie muy gregaria, que se distribuía por el este y centro de Norteamérica, anidando en una zona del nordeste de Estados Unidos, y pasando el invierno en una zona mucho más amplia que rodeaba al área de anidamiento y abarcaba desde el sur de Canadá hasta el Golfo de México. Para emigrar a estas zonas, formaba bandadas de millones de individuos, que oscurecían el cielo y quebraban los árboles bajo su peso. La bandada más grande registrada medía más de un kilómetro y medio de extensión.
Durante la época de reproducción, el macho se exhibía ante la hembra y trataba de frotar su cuello contra el de ella. Si la hembra aceptaba, el macho procedía a construir un nido de palitos en un árbol, y la hembra ponía en él un solo huevo blanco que era incubado por ambos padres, y también los dos sexos alimentaban del polluelo, el cual se independizaba a las dos semanas de vida. Habitaba en los bosques extensos, donde consumía semillas, frutos e insectos.
Su historia es uno de los más rápidos declives del reino animal de la era Cuaternaria, pasando de ser el ave más abundante del planeta a estar completamente extinta en tan solo un siglo. Debido a la tremenda abundancia de esta ave, fue cazada de forma intensiva como carne barata para los pobres, así como para elaborar piensos para los cerdos. Después, la expansión colonial hacia el oeste hizo aumentar la caza de estas aves, que también pasaron a ser cazadas de forma masiva, no solo como alimento sino para destruirlas ya que se alimentaban de las semillas de los sembrados. Hacia 1850 se notaba bien el declive en las poblaciones de esta paloma, sin embargo, su caza no se redujo en intensidad. No sólo la caza masiva afectó a las aves, sino también la destrucción de los bosques donde anidaba para transformarlos en campos de labor: hacia 1885, los criaderos de la paloma viajera estaban muy reducidos y fragmentados, a punto de desaparecer. Aunque cinco años antes los hombres ya habían intentado salvaguardar la especie mediante la cría en cautividad, para entonces su situación ya era irreversible. La paloma viajera era muy difícil de reproducir en cautividad dada su peculiar biología, con el anidamiento colonial y fuertemente asociado a las migraciones. En 1886, la última gran colonia de cría fue arrasada en un solo día, en el cual fueron asesinados los aproximadamente 250000 ejemplares adultos que había en ella, abandonando a los huevos y pollos a merced del sol, los depredadores y la inanición. Estos ejemplares de la última gran colonia ni siquiera llegaron a venderse en el mercado, ya que el tren que las transportaba descarriló. En 1900 fue abatida la última paloma viajera salvaje, tiroteada por un niño. Aún quedaban ejemplares en algunos zoos, pero debido a la dificultad de su cría, éstos estaban condenados. Martha, el último ejemplar del mundo, murió de vieja en el zoo de Cincinnati el 1 de septiembre de 1914 a la edad de 29 años. Su jaula se ha conservado intacta desde entonces en el zoo, como un monumento a la especie, y su cadáver fue congelado de inmediato y llevado al Instituto Smithsoniano, donde hoy en día, Martha se exhibe disecada. Además de Martha, se conservan en diferentes museos del mundo numerosos ejemplares disecados de esta ave, así como sus huevos.
Como curiosidad, el piojo Columbicola extintus, que se creía exclusivo de esta paloma y extinguido con ella, fue redescubierto sobre otra especie de paloma, Columba (Patagioneas) fasciata.
11-Agosto-2009.
Cautividad. Europa, Francia, Poitu-Charentes, Charentes-Maritimes, Musée d'Histoire Naturelle du La Rochelle.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Columbiformes.
Familia: Columbidae.
Subfamilia: Columbinae.
Género: Ectopistes.
Especie: Ectopistes migratorius.
La paloma viajera o migratoria es, probablemente, la más conocida de las aves extinguidas recientemente después del dodo, tanto por su origen norteamericano como por su peculiar biología y por la triste historia de su exterminio, que muestra una vez más la bestialidad del ser humano, la única especie animal capaz de provocar una Extinción Masiva.
Era una paloma de gran tamaño, similar al de una paloma común de ciudad, pero con una silueta y coloración que claramente la relacionan con el género Zenaida, compuesto por especies de menor tamaño. La paloma viajera, única especie de su género, tenía patas rojas, pico negro y presentaba un dimorfismo sexual moderado. Los machos tenían la cabeza y el dorso de un gris plomizo azulado, la garganta y pecho de un color asalmonado y las infracobertoras caudales blancas. Las hembras eran de una coloración similar pero mucho más apagada, y el gris del dorso estaba sustituido por un pardo sucio.
Esta paloma tenía una biología muy peculiar, pues se trataba del ave más abundante de la Tierra. Era una especie muy gregaria, que se distribuía por el este y centro de Norteamérica, anidando en una zona del nordeste de Estados Unidos, y pasando el invierno en una zona mucho más amplia que rodeaba al área de anidamiento y abarcaba desde el sur de Canadá hasta el Golfo de México. Para emigrar a estas zonas, formaba bandadas de millones de individuos, que oscurecían el cielo y quebraban los árboles bajo su peso. La bandada más grande registrada medía más de un kilómetro y medio de extensión.
Durante la época de reproducción, el macho se exhibía ante la hembra y trataba de frotar su cuello contra el de ella. Si la hembra aceptaba, el macho procedía a construir un nido de palitos en un árbol, y la hembra ponía en él un solo huevo blanco que era incubado por ambos padres, y también los dos sexos alimentaban del polluelo, el cual se independizaba a las dos semanas de vida. Habitaba en los bosques extensos, donde consumía semillas, frutos e insectos.
Su historia es uno de los más rápidos declives del reino animal de la era Cuaternaria, pasando de ser el ave más abundante del planeta a estar completamente extinta en tan solo un siglo. Debido a la tremenda abundancia de esta ave, fue cazada de forma intensiva como carne barata para los pobres, así como para elaborar piensos para los cerdos. Después, la expansión colonial hacia el oeste hizo aumentar la caza de estas aves, que también pasaron a ser cazadas de forma masiva, no solo como alimento sino para destruirlas ya que se alimentaban de las semillas de los sembrados. Hacia 1850 se notaba bien el declive en las poblaciones de esta paloma, sin embargo, su caza no se redujo en intensidad. No sólo la caza masiva afectó a las aves, sino también la destrucción de los bosques donde anidaba para transformarlos en campos de labor: hacia 1885, los criaderos de la paloma viajera estaban muy reducidos y fragmentados, a punto de desaparecer. Aunque cinco años antes los hombres ya habían intentado salvaguardar la especie mediante la cría en cautividad, para entonces su situación ya era irreversible. La paloma viajera era muy difícil de reproducir en cautividad dada su peculiar biología, con el anidamiento colonial y fuertemente asociado a las migraciones. En 1886, la última gran colonia de cría fue arrasada en un solo día, en el cual fueron asesinados los aproximadamente 250000 ejemplares adultos que había en ella, abandonando a los huevos y pollos a merced del sol, los depredadores y la inanición. Estos ejemplares de la última gran colonia ni siquiera llegaron a venderse en el mercado, ya que el tren que las transportaba descarriló. En 1900 fue abatida la última paloma viajera salvaje, tiroteada por un niño. Aún quedaban ejemplares en algunos zoos, pero debido a la dificultad de su cría, éstos estaban condenados. Martha, el último ejemplar del mundo, murió de vieja en el zoo de Cincinnati el 1 de septiembre de 1914 a la edad de 29 años. Su jaula se ha conservado intacta desde entonces en el zoo, como un monumento a la especie, y su cadáver fue congelado de inmediato y llevado al Instituto Smithsoniano, donde hoy en día, Martha se exhibe disecada. Además de Martha, se conservan en diferentes museos del mundo numerosos ejemplares disecados de esta ave, así como sus huevos.
Como curiosidad, el piojo Columbicola extintus, que se creía exclusivo de esta paloma y extinguido con ella, fue redescubierto sobre otra especie de paloma, Columba (Patagioneas) fasciata.
Isidro- Admin
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Fecha de inscripción : 08/01/2011
Re: Ectopistes migratorius
Que historia tiene esta especie. Lo malo es que los humanos no han aprendido mucho de ello.
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