Camelus dromedarius

Camelus dromedarius Linnaeus, 1758

2-Julio-2016.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, California, San Diego, Parque Balboa, Zoo de San Diego, Elephant Odyssey.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Artiodactyla.
Suborden: Tylopoda.
Familia: Camelidae.
Subfamilia: Camelinae.
Género: Camelus.
Especie: Camelus dromedarius.

El dromedario es un conocidísimo animal ungulado herbívoro, especie tipo de las dos vivientes (más tres extintas) que conforman el género Camelus. Es de tamaño muy grande, alcanzando hasta dos metros de altura hasta la cruz. Está cubierto de un pelaje corto de color marrón claro (aunque puede ser desde negro hasta casi blanco), y posee patas muy largas y finas, abdomen elevado, cuello largo y una joroba llena de grasa, de al menos veinte centímetros de altura, situada en lo alto de su lomo. Esta joroba y la menor longitud de su pelaje son las principales características que diferencian a esta especie de la otra del género, el camello (Camelus bactrianus), que posee dos jorobas en lugar de una. Su cabeza es alargada, con fosas nasales oblicuas, orejas pequeñas y redondeadas, y el labio superior hendido en su mitad. Sus mandíbulas están provistas de treinta y cuatro dientes. El macho posee un paladar semejante a una lengua (y a menudo confundido con la verdadera lengua), que puede inflar durante la época reproductiva, formando un saco de color rosa intenso. Las hembras poseen cuatro mamas. Se trata de un animal muy fuertemente adaptado a las condiciones de extrema aridez. Pueden pasar largos periodos sin beber agua, y cuando encuentran un punto de agua pueden beber hasta ciento cincuenta litros. La grasa de su joroba puede proveer de agua al animal cuando éste lleva tiempo sin beber. Las patas largas y los pies anchos y planos le ayudan a caminar por arenas inestables. Sus largas pestañas protegen los ojos de la arena llevada por el viento, y en las rodillas poseen callosidades que protegen a las patas del ardor de la arena cuando se sientan.

El dromedario es endémico de la península Arábiga. Sin embargo, el hombre ha usado al dromedario como animal doméstico desde tiempos muy remotos, por lo cual se ha ido extendiendo por todo el norte de África y un poco hacia el este en Asia. De forma mucho más reciente (en el siglo XIX), alguien tuvo la feliz idea de introducir dromedarios en Australia para utilizarlos como medios de transporte, hasta que se inventó el motor de explosión y fueron sustituyéndose por vehículos. El resultado es que los propietarios australianos de dromedarios los abandonaron en el desierto cuando perdieron su rentabilidad, y hoy en día son una plaga estimada en más de un millón de individuos que están destruyendo Australia por culpa de los humanos. El dromedario se domesticó seguramente hace unos cuatro mil años, y sus últimas poblaciones silvestres desaparecieron hace unos dos mil años. Es de actividad diurna y vive en manadas de unos veinte ejemplares, consistentes en las hembras con sus crías y un macho dominante. A veces los machos forman manadas propias de solteros. Un macho en celo trata de atraer a las hembras inflando su paladar y secretando gran cantidad de saliva espumosa. Durante la cópula el macho muerde a la hembra y la obliga a sentarse. Tras quince meses de gestación, las hembras paren una sola cría. Ésta camina al final del mismo día de su nacimiento, mama leche materna durante entre nueve y dieciocho meses, y alcanza la madurez sexual entre los tres y los cinco años de vida. Puede vivir hasta cincuenta años.

¿Esta especie no la tenías o es que has cambiado la ficha anterior por una de individuos en libertad?

No, no la tenía (ya me lo comentaste en la ficha de C. bactrianus, entra y mira la conversación de allí). La verdad es que no es fácil ver dromedarios que estén libres de arneses o sillas de montar, los cuales no me valen para foto. Nunca sustituiría una foto mía por una hecha por otra persona (mi madre en este caso) incluso si la foto de la otra persona es infinitamente mejor que la mía (como sucede con muchos animales como Phascolarctos cinereus, Cereopsis novaehollandiae, Ornithorhynchus anatinus, etc).