Delphinapterus leucas

Delphinapterus leucas Pallas, 1776

Verano-2003.
Cautividad. Europa, España, Comunidad Valenciana, Valencia, Ciudad de las Artes y las Ciencias, Oceanographic de Valencia, sección de los polos.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Cetacea.
Suborden: Odontoceti.
Superfamilia: Delphinoidea.
Familia: Monodontidae.
Subfamilia: Delphinapterinae.
Género: Delphinapterus.
Especie: Delphinapterus leucas.

La beluga, o canario de mar, es un curioso cetáceo de color completamente blanco, lo que lo distingue de cualquier otra especie de ballena o delfín. Única especie de su género y una de las dos que conforman la familia (mas otras dos, también géneros monotípicos, en estado fósil), la beluga se encuentra solamente en el Océano Glacial Ártico y está maravillosamente adaptada a sus gélidas aguas. Mide unos cinco metros de largo, a veces superando en los machos esta longitud. Carece de aleta dorsal, y su frente es muy abultada, para albergar el órgano llamado "melón", típico de los cetáceos. Posee proporcionalmente más grasa que ningún otro cetáceo (aproximadamente la mitad del peso de su cuerpo), lo que le resulta imprescindible para sobrevivir en esas aguas frías. La beluga no nace blanca, sino gris, y va perdiendo pigmento progresivamente hasta que alcanza su color blanco definitivo entre los siete y los nueve años de edad, según el sexo. La beluga no posee las vértebras del cuello fusionadas como la mayoría de los cetáceos, lo que le permite girar la cabeza con bastante movilidad, sin tener que mover el cuerpo.
Es un animal muy inteligente, sociable y comunicativo. Produce sonidos gorgojeantes y chirriantes, silbidos y trinos que le han valido el nombre de "canario de mar". Mediante el sentido del sonar localiza bolsas de aire atrapadas bajo las placas de hielo, que utiliza para respirar sin tener que salir a la superficie, algo esencial en un mar que se cubre por completo de una gruesa capa de hielo todos los inviernos.
Viven en pequeños grupos, de unos diez ejemplares por término medio, compuestos por un macho dominante y machos y hembras subordinados. En verano, en cambio, pueden reunirse centenares o aun miles de individuos en las aguas someras. La beluga puede sumergirse hasta setecientos metros de profundidad para capturar su alimento, que consiste en todo tipo de peces, calamares, crustáceos y otros animales de fondo. La fermentación de estos alimentos en su estómago ha hecho que se haya descrito el aliento de la beluga como uno de los diez olores más pestilentes de todo el reino animal.
La beluga caza en grupo y de forma coordinada y organizada. Mantiene una fuerte cohesión con los miembros de su grupo, con frecuentes roces del cuerpo, juegos y persecuciones. Juegan también a menudo con objetos, como trozos flotantes de madera, peces muertos o produciendo burbujas. Sienten curiosidad por los humanos y a menudo se aproximan a los botes para observarlos mejor.
Nadan muy lentamente, pues no tienen la forma hidrodinámica de muchos cetáceos. Generalmente no superan entre tres y nueve kilómetros por hora, pudiendo alcanzar los veintidós en casos de necesidad como la huida de depredadores, pero no pueden mantener esta velocidad por mucho tiempo pues se cansan pronto. Para compensar esta lentitud de movimientos, son capaces de nadar hacia atrás, cosa que no puede hacer casi ningún otro cetáceo.
La beluga se considera como una especie "casi amenazada". Se la ha cazado durante siglos, siendo un producto base en la dieta y la vida de los esquimales. Los balleneros europeos y americanos también la han diezmado por su carne, su grasa, su piel, el aceite de su melón, etc. En los años 20, se consideró, como suele hacer nuestra especie con todas las criaturas vivientes, que la beluga era una amenaza por que se alimentaba de bacalao, salmón y atún, echándole así la culpa a ella de nuestra barbarie masacradora cometida con esos peces. En 1928 el gobierno de Québec ofrecía recompensas de quince dólares por cada beluga asesinada. Así se fue masacrando a este animal inocente, hasta que en los años cincuenta se reconocío al fin que su voracidad y perjuicio para los peces a los que masacramos, era un invento humano. Actualmente, por suerte, la conciencia es cada vez más alta entre los humanos, y apenas solo los poblados indígenas inuit cazan a la beluga, aun así, la delicada situación en la que habíamos puesto a estos cetáceos y el aumento de población esquimal debido a su occidentalización, hacen que aun estas capturas supongan una considerable amenaza para la especie. Actualmente se matan unas mil quinientas belugas al año, y eso sólo en Norteamérica. Para colmo, otros perjuicios humanos como la contaminación de las aguas y el calentamiento global también son serios factores de amenaza para esta especie.

El ejemplar de la foto es uno que yo también he visto en persona.

Los cetáceos son otro orden controvertido, evolutivamente no son más que un linaje de Artiodactyla adaptado a la vida acuática, con una rápida evolución morfológica debido a una gran presión selectiva del paso de un ambiente terrestre a uno acuático. Por eso Cetácea no debería de ser un orden, sino un linaje del orden Artiodactyla.

Y un cuerno frito! Ya conocía esos cladogramas y tantas veces (hoy mismo) saco a la luz en las conversaciones familiares (sí, ya se que es un poco friki hablar de esto en familia) que si las ballenas son vacas, para ridiculizar un poco la aceptación a ciegas de la cladística molecular como criterio exclusivo de ordenación filogenética. De hecho estaba pensando en si comentarías algo de "orden nuevo para el foro" (es el único cetáceo que tengo, de momento) y ya pensaba responderte "bueno, para tí no es orden nuevo porque es un cerdo marino" o algo así