Carludovica drudei

Carludovica drudei Masters, 1877

18-Agosto-2012.
Cautividad. Europa, Alemania, Baviera, Múnich, Jardín Botánico de Múnich.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Múnich.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Pandanales.
Familia: Cyclanthaceae.
Subfamilia: Carludovicoideae.
Género: Carludovica.
Especie: Carludovica drudei.

Esta especie es una planta arbustiva rizomatosa de aspecto semejante a una palmera, mucho menos conocida que su pariente cercano C. palmata. Las hojas poseen largos y finos peciolos flexibles de hasta dos metros y medio de longitud, de sección cilíndrica, de cuya punta irradian los segmentos del limbo, formando una lámina orbicular de aproximadamente un metro y medio de diámetro, dividida casi hasta su base en cuatro secciones cuneiformes de entre treinta y tres y sesenta centímetros de anchura, a su vez formadas por varios segmentos lineares, unidos hacta cerca de su ápice, el cual es acuminado. La inflorescencia es axilar, de aspecto muy llamativo y extraño como en todas las especies de su familia. Consiste en un espádice carnoso, cilíndrico y compacto de color crema, de once centímetros de longitud y uno y medio de diámetro, envuelto por cuatro espatas imbricadas de hasta veinticinco centímetros de longitud, que luego se abren dejando al descubierto el espádice y quedan colgando y secándose en la base de la inflorescencia, y todo este conjunto se alza en la punta de un pedúnculo erecto verde, cilíndrico, de cuarenta a setenta centímetros de longitud. El espádice está formado por flores curiosísimas: grupos de cinco flores masculinas rodeando a una femenina (estos grupos se disponen en doble espiral a lo largo del espádice), las flores masculinas carecen de pétalos y poseen numerosos estambres gruesos que tapan por completo a la flor femenina a excepción de sus cinco estaminodios semejantes a largos hilos de hasta siete centímetros de longitud y de color cremoso. Además de estos estaminodios, las flores femeninas, que son más o menos cuadradas y se hallan hundidas en el espádice, poseen cuatro tépalos triangulares de unos cinco milímetros de longitud, y cuatro estigmas sésiles y aplanados. El fruto es una baya oblonga de color rojo anaranjado, de hasta un centímetro de longitud y siete milímetros de diámetro, cubierto por los restos persistentes de los tépalos que forman una costra verdosa sobre cada fruto hasta que madura, y en el interior del fruto aparecen numerosas semillas ovaladas, planas y de unos dos milímetros de longitud. Los frutos se disponen densamente, fusionados unos con otros, en una infrutescencia cilíndrica de hasta veinticinco centímetros de longitud y cuatro de diámetro.

Es originaria desde el sur de México (Chiapas, Oaxaca y Tabasco) hasta Colombia y Venezuela. Habita en las junglas lluviosas tropicales, donde forma parte del sotobosque, desde el nivel del mar hasta los mil setecientos metros de altitud, generalmente creciendo cerca de cursos de agua. Es una planta muy intolerante a la sequía, por lo que no crece en las selvas de las zonas con una marcada estación seca. Sus flores femeninas se abren antes que las masculinas en la misma inflorescencia, una estrategia para evitar la autofecundación. Los largos estaminodios de la flor femenina emiten un olor que atrae a ciertos escarabajos encargados de la polinización de la especie. Los frutos, ya verdes o maduros, así como las hojas más tiernas, pueden cocerse y consumirse como verdura.

¿Has visto alguna vez a Carludovica con sus características infrutiscencias que se abren y fragmentan?, yo lo pude ver por primera vez hace dos semanas en el botánico de Ginebra.

Ni Carludovica ni ninguna otra ciclantácea, no he visto ni frutos ni flores, solo hojas. Pero menos es nada