Bos grunniens

Bos grunniens Linnaeus, 1766
Sinónimo: Bos mutus Przewalski, 1883

20-Agosto-2012.
Cautividad. Europa, Alemania, Baviera, Múnich, Tierpark Hellabrunn.
Leg: Isidro Martínez. Det: Tierpark de Múnich.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Artiodactyla.
Suborden: Ruminantia.
Superfamilia: Bovoidea.
Familia: Bovidae.
Subfamilia: Bovinae.
Género: Bos.
Especie: Bos grunniens.

El yak, Bos grunniens, es por muchas fuentes considerado como conespecífico con el yak salvaje, Bos grunniens mutus o Bos mutus. La forma doméstica comenzó a separarse de su ancestro salvaje hace unos tres mil años. Este rumiante grande y robusto puede alcanzar hasta un metro y setenta centímetros de altura en la cruz, en el caso de los machos, que son algo más grandes que las hembras. Puede pesar hasta una tonelada en el caso del yak salvaje, siendo el yak doméstico más ligero. La cabeza es amplia y con orejas pequeñas, y los cuernos son lisos, de hasta un metro de longitud en los machos y sesenta y cinco centímetros en las hembras, más finos que los de las demás especies del género, y de color oscuro. Los cuernos del yak doméstico son más cortos y finos que los del yak salvaje, y los cuernos de la hembra son más rectos que los del macho. El cuello es corto, y sobre los hombros posee una pronunciada joroba. Su pelaje es mucho más largo que el de cualquier otro buey: el pelaje del pecho, flancos y corvejones puede formar una especie de faldón que llega hasta el suelo. Es generalmente de color negro, aunque en el yak doméstico hay coloraciones artificiales variadas como sucede con todos los animales domésticos. La cola es larga y parecida a la de un caballo, con pelos largos desde su misma base, en lugar de formar un mechón de pelos en la punta como en otras especies de su género. Las patas del yak doméstico son más cortas que las del yak salvaje y sus pezuñas son más amplias y redondeadas. El par posterior de pezuñas de cada pata llega al suelo, para proporcionar mejor apoyo en las pendientes. El yak tiene un par de costillas más que los demás bóvidos. Las hembras tienen cuatro mamas.

Se distribuye por la región del Himalaya y la meseta tibetana alcanzando al norte hasta Mongolia y Rusia. Con sus grandes pulmones y corazón, su denso pelaje y capa de grasa, el alto contenido en hemoglobina de su sangre, y su ausencia de glándulas sudoríparas, está especialmente adaptado a las condiciones ambientales extremas de las altas montañas donde habitan, pudiendo soportar hasta los cuarenta grados bajo cero (pero sufren si la temperatura sube más allá de quince grados sobre cero). Son los ungulados más alpinos que existen, pudiendo llegar a los seis mil metros de altitud. Los yaks no mugen, sino que producen un gruñido, lo que queda reflejado en su nombre científico grunniens (gruñidor). El yak es un elemento primordial de las culturas humanas de las regiones donde habita, aprovechándose su leche, carne, lana y su fuerza como animal de tiro, especialmente importante es su estiércol, que en las regiones desarboladas donde habita, suele constituir el único combustible disponible. Los yaks copulan entre julio y septiembre, y el resto del año los machos adultos vagan solitarios o en pequeños grupos de solteros, bien separados de las grandes manadas de hembras y juveniles. Los machos se revuelcan en el polvo durante la época de celo, a menudo marcando el territorio con orina o excrementos, este comportamiento es igual al de los bisontes pero diferente al del ganado vacuno doméstico. Las hembras entran en celo hasta cuatro veces al año, pero sólo son receptivas durante unas pocas horas cada vez. Tras unos nueve meses de gestación, la hembra pare un solo ternero en un lugar apartado de la manada, generalmente cada dos años. La cría puede caminar a los diez minutos de nacer y pronto se junta con la manada. Es destetada con un año y se vuelve independiente poco después. Las hembras pueden reproducirse por primera vez a los tres o cuatro años de vida. El yak puede vivir hasta veinticinco años.