Ceratophyus martinezi

Ceratophyus martinezi Lauffer, 1909

1-Julio-2012.
Cautividad. Europa, España, Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Leg: Isidro Martínez et Carlos Galán Boluda. Det: Museo Nacional de Ciencias Naturales.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Scarabaeoidea.
Familia: Geotrupidae.
Subfamilia: Geotrupinae.
Género: Ceratophyus.
Especie: Ceratophyus martinezi.

Mucho más desconocido y raro que su pariente Ceratophyus hoffmannseggi, del cual se diferencia por el diente apical de las tibias anteriores del macho bífido en lugar de entero, la forma del abultamiendo del borde anterior del pronoto de las hembras, y porque es un poco más pequeño (midiendo entre quince y veintidós milímetros de longitud corporal) y posee reflejos violáceos, mientras que el hoffmannseggi es negro sin reflejos. Este escarabajo presenta un cuerpo alargado, subparalelo y poco convexo en comparación con la mayoría de géneros de geotrúpidos. Sus alas posteriores están desarrolladas y vuela bien. La cabeza presenta un clípeo alargado, y en el caso del macho, provisto de un cuerno corto y puntiagudo, levemente curvado hacia arriba. El macho posee además un segundo cuerno, más recto, pero situado en la parte frontal del pronoto. La hembra, en cambio, carece de cuernos y en su lugar posee sendos pequeños abultamientos aquillados. En ambos sexos las genas son angulosas y prominentes. El pronoto posee el margen rebordeado, el escutelo es transverso, casi semicircular, y los élitros están fuertemente estriados.

Este escarabajo es endémico de dos pequeños puntos de la Península Ibérica bastante aislados entre sí (Sistema Central y Galicia). En grave peligro de extinción, es una especie de requerimientos ecológicos muy delicados, por lo que el abandono de la ganadería extensiva y la destrucción de hábitats lo han puesto en jaque, catalogándose como Vulnerable. Antaño abundante en el Sistema Central, a juzgar por la cantidad de ejemplares depositados en museos, hoy en día se ha extinguido de muchas áreas de la zona ya que es una especie que desaparece en cuanto las condiciones ecológicas de su entorno se deterioran lo más mínimo. El único lugar donde sigue habiendo una población sana y estable es el castañar de El Tiemblo, en Ávila. Se alimenta principalmente de excrementos de caballos o asnos, muy raramente de vacas (a diferncia del adaptable C. hoffmannseggi que consume excrementos de cualquier tipo de mamífero), y las bestias deben pastar en terrenos arenosos ácidos para el desarrollo de las larvas de este escarabajo. Su nido consiste en una serie de galerías que parten de un punto común, al final de cada una de las cuales es depositado un huevo en otoño, y ambos progenitores se ocupan de almacenar comida para sus larvas. Éstas se desarrollan durante unos cinco meses hasta la pupación.