Chrysogaster solstitialis

Chrysogaster solstitialis (Fallén, 1817)

5-Agosto-2007.
Europa, España, Aragón, Huesca, Pirineos, Jacetania, Valle del Aragón, Villanúa, en un claro de abetal, sobre flores.
Leg: Isidro Martínez. Det: Stephane Lebrun.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Diptera.
Suborden: Cyclorrhapha.
Superfamilia: Syrphoidea.
Familia: Syrphidae.
Subfamilia: Eristalinae.
Género: Chrysogaster.
Especie: Chrysogaster solstitialis.

Es una especie muy oscura de sírfido que mide siete u ocho milímetros de longitud corporal. Carece de marcas amarillas en el abdomen, el cual es negro azulado como el tórax, y las alas presentan un color ahumado oscuro en su totalidad. Cada ala mide seis o siete milímetros de longirtud. Su cuerpo resenta un aspecto muy glabro, brillante en la hembra, más mate en el macho. El tórax de la hembra posee reflejos violáceos. Los ojos son grandes, de un tono rojo ladrillo. Las hembras presentan una llamativa zona estriada en la cabeza, delante de los ojos. La hembra también posee la frente más estrecha que en las hembras de otras especies de Chrysogaster: en vista frontal, la distancia entre los ojos es como mucho tan ancha como la anchura del ojo. Los ojos del macho en cambio se unen entre sí en su parte alta, pero la parte frontal también es más estrecha que en otras especies de Chrysogaster. Las antenas son rojizas. La larva tiene forma de lágrima, con la parte posterior muy alargada y estrechada, y prolongada en un fino tubo respiratorio, a cada lado de su parte posterior aparecen tres apéndices ciliados.

Es una especie paleártica ampliamente distribuida, que puede verse desde las islas Británicas hasta el Cáucaso, al norte hasta Siberia y por el sur hasta el norte de África. Es una especie especializada, que habita en zonas boscosas o sombrías cerca del agua (saucedas fluviales, estanques y arroyos forestales, etc), y se encuentra casi siempre sobre umbelíferas, cuyo néctar liba, aunque también visita las flores del cornejo, la reina de los prados, el cuajaleche, el saúco y el zuazón. Vuela durante gran parte del año, siendo más abundante en verano. Su larva habita en el fango de pequeñas masas de agua, preferentemente eutrofizadas, generalmente situadas en zonas boscosas. Se alimenta de materia orgánica del fondo, como hojas muertas semidescompuestas.

Existe alguna especie casi indistinguible, como Chrysogaster mediterraneus, en estos casos la distribución es una gran ayuda para su identificación.