Certhia brachydactyla

Certhia brachydactyla Brehm, 1820

4-Abril-2007.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, en pleno centro urbano, en el cruce de la avenida Goya con la Gran Vía, en los pinos carrascos de la calle.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Passeriformes.
Suborden: Oscines.
Superfamilia: Sittoidea.
Familia: Certhiidae.
Género: Certhia.
Especie: Certhia brachydactyla.

El agateador común es un ave de pequeño tamaño, de plumaje pardo, con pico fino y curvado. Los agateadores tienen una ecología muy especializada, con el cuerpo adaptado a su modo de vida. Trepan pos las cortezas de los árboles, pudiendo sin dificultad trepar hacia arriba, hacia abajo o incluso pasearse de forma invertida por la cara inferior de las grandes ramas, como una mosca en un techo. Para ello tiene unas patas cortas y uñas fuertes, largas y curvadas. Su cola está formada por plumas rígidas y agudas que le sirven de sostén, similares a los picamaderos. El pico fino, largo y curvado es una adaptación a obtener los insectos que se esconden bajo las lascas de corteza. La mayor parte de sus presas son arañas y escarabajos.
Vive de forma solitaria, aunque en las zonas muy frías pueden reunirse y apelotonarse para pasar la noche, dándose calor unos a otros. Anida en grandes grietas de los troncos o bajo cortezas muy sueltas, por ejemplo en árboles muertos. Hace dos puestas al año, con tres a siete huevos en cada una.

Forman parte de una familia poco numerosa, con 9 especies en sólo dos géneros, uno de ellos monotípico.
En Europa viven dos especies de Certhia, muy difíciles de distinguir. La otra especie es el agateador norteño (C. familiaris), que se diferencia principalmente por sus flancos blancos en lugar de ligeramente asalmonados, además su pico es ligeramente más corto. Su canto también difiere bastante del de la otra especie.

El agateador común se reparte por casi toda Europa, penetrando escasamente en el norte de África y en Turquía.

El sorprendente entorno urbano donde se hallaba el ejemplar de la cita:


Siete años después, fotografías mucho más decentes que las que había podido conseguir antes: