Carya cordiformis

Carya cordiformis (Wangenheim, 1787) K. Koch, 1869

19-Agosto-2011.
Cautividad. Europa, Alemania, Berlín, Botanischer Garten Berlin.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Berlín.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoiopsida.
Orden: Fagales.
Familia: Juglandaceae.
Género: Carya.
Especie: Carya cordiformis.

Se trata de un gran árbol caducifolio, monoico, que puede alcanzar hasta cuarenta y siete metros de altura, con un tronco de hasta un metro de diámetro. Su copa es irregular y ovalada o redondeada. Se distingue fácilmente de las demás especies del género en invierno, cuando produce unas yemas de color amarillo brillante en las ramas. Las hojas miden entre quince y treinta centímetros de longitud y son imparipinnadas, con entre siete y once foliolos. Cada uno de ellos mide entre siete y trece centímetros de longitud, siendo el apical el más grande aunque con escasa diferencia con los laterales. Los foliolos son lanceolados, de margen aserrado y ápice agudo. El follaje otoñal es amarillo dorado. La inflorescencia masculina es un amento colgante de hasta diez centímetros de longitud, de color verde, que aparece en primavera en las ramas del año anterior, un poco antes que las inflorescencias femeninas. La inflorescencia femenina es una corta espiga de unos trece milímetros de longitud, que aparece en las puntas del crecimiento más nuevo. El fruto, que aparece solitario o en fascículos de dos o tres, mide de dos a cuatro centímetros de longitud y posee un pericarpio que se abre en cuatro valvas liberando la semilla, que es una nuez de cáscara fina pero muy dura, cuya semilla es incomestible a causa de su gran amargor.

Es una especie subendémica de la mitad oriental de Estados Unidos, que ocupa casi en su totalidad, apenas penetrando ligeramente en el extremo sudeste de Canadá. Es probablemente la más abundante y extendida de las especies del género en su hábitat natural. Crece preferentemente en valles húmedos, a menudo como árbol de ribera, o en zonas pantanosas. Es la especie menos longeva de su género, pudiendo vivir como mucho hasta doscientos años. No fructifica hasta los veinticinco años de edad. Produce nueces extremadamente amargas, que en ocasiones se mezclan clandestinamente con las pacanas (C. illinoensis), a las que se parecen mucho.