Butia capitata

Butia capitata (Martius, 1826) Beccari, 1916
Sinónimo: Cocos capitata Martius, 1826

Década de los 90?.
Cautividad. Europa, España, Galicia, Pontevedra, Isla de la Toja, Parque Infantil La Toja.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Arecales.
Familia: Arecaceae.
Subfamilia: Arecoideae.
Género: Butia.
Especie: Butia capitata.

Esta bella y famosa palmera es la especie tipo de las ocho que conforman el género Butia. Su tronco es grueso y recto (en ocasiones parcialmente subterráneo), de hasta ocho metros de altura y cuarenta y cinco centímetros de diámetro, y en el extremo conserva las bases de los peciolos foliares, que forman una especie de "cabeza" erizada, lo que le da su epíteto específico capitata (que significa "cabezuda"). De esta "cabeza", típica de todas las Butia, parten entre once y veinte hojas plumosas elegantemente arqueadas, de dos o tres metros de longitud, que nacen hacia arriba y se curvan gradualmente hacia abajo. El peciolo posee espinas a los lados. Cada hoja contiene unos cincuenta pares de foliolos, de color glauco, que forman una sección de la hoja en forma de V estrecha. La inflorescencia, que nace entre las hojas, consiste en un eje de hasta medio metro de longitud, provisto en su base de una brácea glauca de hasta un metro de longitud, y del eje nacen hasta un centenar de ramas florales, cada una de hasta treinta centímetros de longitud. Las flores, de color amarillento cremoso, pueden ser masculinas (con tres pétalos y seis estambres) o femeninas (sin pétalos y con un estilo), y cada rama floral posee flores femeninas en su base, masculinas en su punta, y una mezcla de ambas en la parte media. Florece en julio y agosto, pudiendo producir hasta cinco inflorescencias al año, pero generalmente nunca más de una al mismo tiempo. Los frutos maduran en otoño, entre marzo y abril. Son oblongos, de color amarillo anaranjado, del tamaño de una cereza (unos dos o dos y medio centímetros de longitud), comestibles y de sabor ácido-dulce. Cada uno contiene dos o tres semillas dentro de una cáscara interior común.

Es nativa del nordeste de Argentina, el este de Uruguay y el centro y este de Brasil. Se ha popularizado en cultivo en los últimos años. Es la palmera de hoja pinnada más resistente al frío que existe, lo que unido a su belleza y elegante porte y color la hace ideal como ornamental. Aunque es una planta común en cultivo, está en peligro grave de extinción en estado silvestre, ya que los últimos palmerales naturales de esa especies están sometidos a una elevada presión ganadera.

En la Toja:


Un pequeño ejemplar en el jardín botánico anejo al Museo de Historia Natural de La Rochelle:


Altísimo ejemplar muy viejo, en el Parque Metropolitano de Zaragoza. Tal vez se trate de un error de identificación y se trate en realidad de Butia yatay, especie que alcanza mayor altura que Butia capitata. De acuerdo con los planos de plantación de especies en este parque, el ejemplar pequeño que se ve detrás del más alto sí que es Butia yatay, mientras que el alto es B. capitata.

Nunca he visto, ni siquiera por internet, un ejemplar de esta especie de semejante tamaño. Debió de plantarse hace muchos años, cuando no era una especie popular.

Creo probable que se haya extraído de la naturaleza. También pienso que puede estar mal identificada y sea B. yatay, ya que ésta alcanza mayor altura que capitata. Ambas especies están presentes en ese parque. La identificación se hizo en base a los planos del parque y la localización de cada pie, pero más tarde comprobé que o el parque había cambiado bastante desde que se hicieran los planos, o la mitad de los árboles que marcaban en un lugar eran otros diferentes (por ejemplo, algunas de las palmeras como Syagrus romanzoffiana estaban identificadas como Parajubaea cocoides o P. thorallyi, especies aún no existentes en Zaragoza. Aunque teóricamente esa zona es llamada "jardín botánico" no veo el menor motivo para llamarlo así, para empezar ni una sola planta tiene cartel, aparte de que hay mil pies de cada especie y muy pocas especies. Aun así, debo agradecer a ese parque que haya puesto bastantes especies de palmeras que hasta ahora no existían en Zaragoza, la mejor de las cuales son unas dos docenas de ejemplares de Jubaea chilensis, especie que intenté germinar muchísimo antes de que las hubiese en Zaragoza (al igual que Butia capitata) pero sin éxito, y hete aquí que con motivo de la Expo de Zaragoza, plantan ya adultas a estas impresionantes palmeras.