Hypisodus minimus

Hypisodus minimus Cope, 1873

2-Agosto-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Nueva York, Manhattan, Museo Americano de Historia Natural, sala Milstein de mamíferos avanzados.
Datos de la pieza: FAM 128760. Recolectada por M. F. Skinner y compañía en 1964, en el rancho Herman Wulff, Converse, Wyoming.
Leg: Isidro Martínez. Det: American Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Artiodactyla.
Suborden: Ruminantia.
Superfamilia: Traguloidea.
Familia: Hypetragulidae.
Subfamilia: Hypisodontinae.
Género: Hypisodus.
Especie: Hypisodus minimus.

Ésta es la especie más pequeña de artiodáctilo que ha existido nunca, con un tamaño que podía ser equivalente al de una ardilla gris, como máximo el tamaño de un conejo. Su altura hasta la cruz no superaba los catorce centímetros, y su peso podría rondar aproximadamente un kilo. En promedio, su cráneo medía unos cinco centímetros de longitud (el de una ardilla gris mide seis centímetros y el de un conejo cinco centímetros y medio). Sus huesos nasales se curvaban hacia dentro y hacia abajo formando un curioso tubo óseo nasal. Su hocico era estrecho y corto. Las órbitas oculares eran grandes, sugiriendo que tenía también grandes ojos. Las bullas timpánicas estaban muy infladas y quedaban separadas entre sí por una estrecha hendidura. Sus dientes molares, cinco en cada mandíbula, crecían continuamente a lo largo de toda su vida y carecían de raíces. Sus patas eran muy alargadas y esbeltas.

Vivió desde finales del Eoceno hasta finales del Oligoceno, hace entre treinta y siete y treinta millones de años, en el oeste de Norteamérica. Habitaba en bosques abiertos con densa cobertura de arbustos bajos y escasos parches herbáceos. Sus grandes bullas timpánicas le permitieron escuchar sonidos de baja frecuencia, algo común en mamíferos excavadores que pasan tiempo bajo tierra, por lo que es muy probable que este ungulado se guareciese en madrigueras y tuviera un modo de vida bastante equivalente al de la actual mara (Dolichotis patagonum). Su oído fino, junto con sus grandes ojos, también pudieron ser indicadores de una actividad nocturna. Probablemente se alimentaba de vegetación tosca, dura y fibrosa. Sus fósiles se han encontrado en Wyoming, Dakota del Sur, Colorado, Nebraska y Montana, y a menudo se han hallado cubiertos de cenizas volcánicas.