Hyperalonia morio

Hyperalonia morio Fabricius, 1775

10-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Innere Stadt, Museo de Historia Natural de Viena. Ejemplar recolectado en Puerto Madryn, Argentina, el 6 de enero de 1979.
Coordenadas: 48°12′18″N, 16°21′34″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: John Carr et Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Diptera.
Suborden: Brachycera.
Superfamlia: Asiloidea.
Familia: Bombyliidae.
Subfamilia: Anthracinae.
Género: Hyperalonia.
Especie: Hyperalonia morio.

Es una mosca grande y muy hermosa, de color negro con la cabeza amarilla y las alas muy vistosas, negras con manchas blancas. Su cuerpo mide de quince a treinta milímetros de longitud y de cinco a doce milímetros de anchura. La cabeza es redondeada, de seis milímetros de longitud y cinco de anchura, de color amarillo ocráceo, con contrastados ojos muy grandes de color negro azulado y forma arriñonada, tres ocelos negros también contrastados, labio triangular y corto, palpos maxilares cortos y vellosos, y probóscide negruzca, muy flexible, dirigida hacia delante, de cinco milímetros de longitud cuando está contraída, pudiendo extenderse hasta más de dos centímetros, su cara dorsal está abierta y su punta es bífida. Las antenas están muy separadas entre sí, miden unos seis milímetros de longitud y se dividen en tres segmentos, de los cuales el central es más largo en los machos que en las hembras. El tórax es tan ancho como la cabeza, cilíndrico, de color negro lustroso, cubierta de una densa vellosidad corta, negra salvo alrededor de las bases de las alas, donde se vuelve rojiza oscura. En la cara dorsal del mesonoto aparece una depresión, mientras que el metanoto es abombado. El abdomen es cilíndrico-cónico, negro brillante, recubierto de una corta y densa vellosidad negra. Las grandes alas son negras, en los ejemplares grandes miden unos dos centimetros de longitud y unos ocho milímetros de anchura, y están adornadas por seis muy contrastadas manchas de un blanco translúcido: una apical con forma de media luna a modo de reborde, cuatro medianas (de las cuales tres grandes y formando una hilera transversa algo curvada y una cuarta más pequeña y a veces ausente situada junto al margen intrerno de la última grande), y una última no lejos de la base del ala, redondeada, equidistante entre los bordes anterior y posterior de la misma. Los halterios tienen una forma mazuda y un color cremoso. Las patas son negras, largas y esbeltas, cubiertas de pelos cortos. La larva madura mide unos dos centímetros de longitud y medio de anchura, es cilíndrico-cónica y de color blanco cremoso, con la cabeza rojiza, su cuerpo se divide en once segmentos. La crisálida mide unos quince milímetros de longitud y ocho de anchura, y tiene una forma muy curiosa: su cabeza presenta dos grandes púas frontales, otras dos púas bífidas laterales y una púa bífida posterior, todo ello situado en su cara ventral, el abdomen es profundamente segmentado y bastante abombado con respecto a la estrecha parte anterior de cabeza, tórax y estuches alares. Los huevos miden un milímetro de longitud y una cuarta parte de anchura, son blancos y alargados.

Es una especie propia de Sudamérica, presente desde Bolivia y Brasil hasta Chile y Argentina. Los imagos vuelan de diciembre a mediados de febrero, en las horas calurosas y de mayor insolación. Suelen posarse sobre el suelo desnudo, compactado y polvoriento de los caminos, para asolearse, y liban las flores para alimentarse de néctar, con cierta preferencia por las del trébol y el heliotropo. Las hembras fecundadas también se ciernen en el aire, a pocos centímetros del suelo, durante largo rato, inspeccionando con detenimiento las galerías de sus hospedadores. De vez en cuando bajan rápidamente y con un golpecito del abdomen dejan caer un huevo o dos en estas madrigueras, y huyen rápidamente, a menudo perseguidas por las avispas dueñas de estas madrigueras, a las cuales despistan mediante un rápido vuelo en zigzag. Las larvas son parasitoides de las larvas de avispas excavadoras solitarias, especialmente de Rubrica nasuta. Nacen en verano en la cámara de cría de estas avispas, y buscan activamente a la larva de avispa, a la que se anclan externamente alimentándose de sus fluidos sin dañarla gravemente, hasta que la larva de avispa pasa el invierno y en la siguiente primavera, cuando su hospedador está a punto de transformarse en crisálida, la larva de la mosca devora todos sus órganos internos y deja el hollejo vacío, quedando, tras consumir a su víctima, dentro del capullo pupal de la avispa, junto con el pellejo de ésta y el suyo propio de la última muda. Allí se transforma en crisálida y allí nace la mosca adulta, que se abre camino bajo tierra para salir al exterior desde unos diez centímetros de profundidad. Casi la totalidad de larvas de esta avispa que coinciden con el periodo de vuelo de esta mosca acaban parasitadas por ella, y para evitar la extinción de la avispa hospedadora, ésta cría también en febrero, marzo y abril, cuando las moscas ya han desaparecido, librándose así de su parasitismo.