Eumaeus atala

Eumaeus atala (Poey, 1832)

21-Julo-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, Boston, Parque Franklin, Zoo de Franklin Park.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Lepidoptera.
Suborden: Glossata.
Superfamilia: Papilionoidea.
Familia: Lycaenidae.
Subfamilia: Theclinae.
Género: Eumaeus.
Especie: Eumaeus atala.

Es una pequeña y colorida mariposa que alcanza entre treinta y ocho y cincuenta y un milímetros de envergadura alar. Es la especie más grande de la familia Lycaenidae en la parte continental de su área de distribución. Por el anverso, es de color negro aterciopelado con un brillo azul o verde oscuro iridescente en las alas anteriores, especialmente intenso en los machos, mientras que las alas posteriores están adornadas por una hilera marginal de brillantes triángulos azules muy contrastados. Por el reverso, las alas anteriores son de color negro aterciopelado sin brillo azul, y las posteriores son de fondo negro con tres-cuatro hileras de puntos azules brillantes, ocupando más o menos toda la mitad apical del ala, mientras que en la parte más inferior de la mitad basal del ala hay una gran mancha escarlata. Destaca igualmente la coloración de su cuerpo, con la cabeza y tórax negros con brillantes puntos azules, antenas negras y patas negras y azules, contrastando fuertemente con su abdomen escarlata. La probóscide de esta mariposa es bastante corta. La oruga, de dos centímetros y medio de longitud una vez madura, es de vivo color rojo ladrillo con dos hileras dorsales de contrastadas manchas de color crema. La crisálida es rechoncha, de color castaño amarillento con puntos marrones dispersos. Los huevos son de color cremoso, de un milímetro o poco más de diámetro.

Es endémica de las islas del Caribe (Bahamas, Cuba e Islas Caimán) y el extremo sur de la Península de Florida. Habita en entornos abiertos con matorrales y bosquetes, y se ha adaptado bien a entornos ajardinados donde se cultivan sus plantas nutricias. Los adultos vuelan durante casi todo el año, liban el néctar de diversas flores, pero debido a su corta probóscide, no puede acceder a flores tubulares largas. Siente preferencia por las flores pequeñas y blancas de árboles: Bidens, Callicarpa, Citharexylum, Forestiera, Ilex, Lantana, Pithecellobium, Psychotria, Randia, Sabal, Serenoa, Stachytarpheta. Los machos suelen descansar en el haz de las hojas y las hembras a menudo se sitúan colgando del envés. Su vuelo es lento y más bien semejante al de una polilla. Los machos atraen a las hembras liberando feromonas desde cepillos situados en el extremo del abdomen. Los machos son territoriales y a menudo forman pequeñas colonias en los lugares idóneos, raramente alejándose mucho de ellos. Las hembras, por el contrario, se dispersan y realizan largos vuelos, en busca de sus plantas nutricias. La hembra pone de diez a cincuenta huevos en un grupo en la punta de una hoja de su planta nutricia. Su oruga tiene una inusual dieta, se alimenta de las hojas de las especies de Zamia y es capaz de alimentarse de hojas de cicadales no nativas de su zona, como Cycas revoluta, ampliamente usada como ornamental. Las cicadales contienen cicasina, y las orugas acumulan esta sustancia tóxica en su cuerpo para defenderse de los depredadores, avisando mediante sus vivos colores de que no son comestibles. La pupación tiene lugar en las hojas de su planta nutricia, en grupos ya que las orugas se reúnen y buscan a sus compañeras para pupar en común, reforzando su grupo con hilos de seda. Las crisálidas, a los diez días de formarse, son capaces de estridular, emitiendo un sonido inaudible al oído humano pero que es percibido por las crisálidas circundantes y probablemente sirve para coordinar la emergencia de los adultos. Los adultos conservan las toxinas ingeridas cuando eran orugas, y también poseen una coloración aposemática. Una vez como adultos, pueden vivir unos dos meses.

Una curiosidad interesante sobre esta especie es que la población de Florida se creyó totalmente extinguida, habiendo pasado un periodo de veintidós años en el que no se pudo recolectar ningún ejemplar. La causa de su aparente extinción fue la recolección excesiva de Zamia integrifolia, su planta nutricia, con cuyas raíces se elaboraba un almidón previo tratamiento de las mismas para eliminar sus toxinas. En 1979 se descubrió una población relicta en una isla coralina en la costa de Miami. Las medidas de protección impuestas para la planta y la mariposa resultaron en la recolonización del sur de Florida desde esta última población, y hoy en día es tan abundante en su antiguo hábitat e incluso extendiéndose algo más allá del mismo, gracias sobre todo al uso de cicadales cultivadas en jardines, que a veces se considera como una plaga de estas plantas.

Curiosa la dieta de esta mariposa, será uno de los pocos insectos que dependan exclusivamente de Cycadales para vivir.