Cypsnagra hirundinacea

Cypsnagra hirundinacea (Lesson, 1823)

15-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Innere Stadt, Museo de Historia Natural de Viena.
Coordenadas: 48°12′18″N, 16°21′34″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Naturhistorisches Museum Wien.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Passeriformes.
Suborden: Oscines.
Superfamilia: Passeroidea.
Familia: Thraupidae.
Subfamilia: Thraupinae.
Género: Cypsnagra.
Especie: Cypsnagra hirundinacea.

Única especie del género Cypsnagra, la bandoleta o tanagra culiblanca es un pájaro de entre dieciséis y dieciséis y medio centímetros de longitud, con un peso de entre veinticinco y treinta y cuatro gramos. Es un ave de plumaje vistoso, como suelen serlo las tanagras. Sus partes dordsales son de un negro profundo, a excepción de la extensa y conspicua rabadilla blanca como la nieve, bien visible en vuelo, y de algunas estrechas bandas alares blancas, así como las rectrices externas blancas que contrastan con el centro de la cola negro. La garganta está teñida de un suave tono anaranjado, que gradualmente se vuelve blanco hacia el pecho y vientre, aunque el bajo vientre puede tener leves tonos anaranjados. El pico es bastante grande y grueso para una tanagra, cónico y de color negro, también las patas son negras. Los ejemplares juveniles son mucho más apagados, con el plumaje dorsal parduzco y el ventral cremoso.

Se distribuye muy ampliamente por la mayor parte de la Cuenca Amazónica, llegando por el norte hasta Surinam y por el oeste hasta Bolivia, y se divide en dos subespecies. Habita en las sabanas arboladas, cerrados y áreas abiertas con mezcla de pastizales y árboles bajos, desde el nivel del mar hasta los mil cien metros de altitud. Suele moverse en pequeñas bandadas, de entre cuatro y seis aves, que recorren las ramas y el follaje en busca de alimento, raramente bajando al suelo. Se alimenta sobre todo de insectos, que es capaz de capturar en pleno vuelo, pero complementa su dieta con algunos frutos. Cuando se alimenta en bandadas, un ejemplar suele quedarse como centinela en un punto más alto, para avisar al resto si hay algún peligro. Al amanecer, las parejas, que son monógamas, saludan al nuevo día en un dúo en el que el canto del macho y de la hembra son diferentes. El vigoroso y monótono canto del macho, repetido infinidad de veces, constituye uno de los sonidos más típicos del cerrado. El nido está elaborado con gramíneas y se sitúa a uno o dos metros del suelo. La hembra pone tres o cuatro huevos de color azulado, con motas pardas y negras. Los polluelos son cuidados y alimentados tanto por ambos padres como por los hermanos mayores de la nidada anterior.