Chamaeleo namaquensis

Chamaeleo namaquensis Smith, 1831

15-Septiembre-2021.
Cautividad. Europa, Austria, Viena, Innere Stadt, Museo de Historia Natural de Viena.
Coordenadas: 48°12′18″N, 16°21′34″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Naturhistorisches Museum Wien.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Sauropsida.
Orden: Squamata.
Suborden: Sauria.
Familia: Chamaeleonidae.
Subfamilia: Chamaeleoninae.
Género: Chamaeleo.
Especie: Chamaeleo namaquensis.

El camaleón de Namaqua destaca entre las demás especies de su género por su cuerpo rechoncho y su cola corta. Mide hasta veinticinco centímetros de longitud, siendo las hembras más grandes que los machos, lo que le convierte en uno de los camaleones más grandes de Sudáfrica. Aunque es capaz de cambiar de color, casi siempre es de un tono pardo grisáceo oscuro, con entre cuatro y seis manchas más claras en cada flanco, triángulos oscuros bajo la cresta dorsal, y algunas estrías rojas o amarillas en la garganta. Se vuelve negro por la mañana temprano, para absorber mejor el calor, y gris claro al mediodía, para reflejar la luz, o bien puede presentar un lado negro (el que da a la sombra) y el otro lado gris. En la parte posterior de su cabeza posee un casco prominente y puntiagudo, pero no posee el pliegue del cuello típico de la mayor parte de especies de este género. Los machos tienen la cabeza más grande en proporción al cuerpo que las hembras, y protuberancias más prominentes. Bajo la cabeza posee un saco gular extensible, que infla cuando se siente amenazado a la vez que abre por completo su boca mostrando el vivo color naranja de su interior, para intimidar a su atacante. Es destacable su cresta dorsal, formada por grandes espinas triangulares, bien distanciadas regularmente. Su cola es mucho más corta en proporción al cuerpo que la de las especies arborícolas de camaleones, y también a diferencia de éstos, no es prensil.

Se distribuye por el sur de Angola, Namibia y el noroeste de Sudáfrica, ocupando el desierto del Namib y las zonas aledañas. Es un camaleón muy especializado que vive princalmente en los desiertos arenosos, desprovistos de vegetación, también en dunas litorales y desiertos rocosos y más raramente en zonas subdesérticas con matorral achaparrado. En general es completamente terrestre y no se sube a los matorrales (cuando los hay) salvo para escapar del calor extremo que irradia del suelo en los días más tórridos. Entre sus numerosas adaptaciones a la vida en el suelo despejado, corre mucho más rápido que otros camaleones. Su piel es higroscópica y al igual que algunos otros reptiles propios de desiertos tórridos, como el diablo espinoso, el lagarto cornudo tejano o el lagarto armadillo gigante, puede "beber" absorbiendo la humedad de sus escamas por capilaridad. Caza sus presas como otros camaleones, disparando su larga lengua, pero a diferencia de los demás camaleones, también persigue activamente a presas que intentan escapar y las captura directamente con sus mandíbulas. La mayor parte de su dieta está formada por escarabajos tenebriónidos, que son los únicos animales que abundan en el inhóspito entorno del Namib. Cuando caza animales venenosos como arañas, serpientes, escorpiones o avispas, este camaleón desarticula o inhabilita primero sus aguijones o colmillos para poder consumirlos sin peligro. También consume una proporción no desdeñable de materia vegetal, especialmente hojas de plantas crasas. Es un camaleón sumamente territorial y los conflictos son muy frecuentes, especialmente con miembros de su mismo sexo. Las hembras son más agresivas que los machos pero mantienen territorios más pequeños. La territorialidad es constante en los adultos, incluso, inmediatamente después de la cópula el ejemplar que está en su territorio expulsa a la fuerza a su pareja. Los juveniles, en cambio, son sociables y nómadas, y los adultos no les ven como una amenaza y los toleran. Durante el cortejo los dos adultos se vuelven moteados y jaspeados para indicar su condición. Sólo las hembras que han ovulado recientemente son receptivas, y aquellas que no son receptivas atacarán a los machos que intenten copular con ellas, no en pocas ocasiones causándoles la muerte. La reproducción puede tener lugar en cualquier época del año. Tras unas seis semanas de gestación, la hembra pone de dos a cuatro puestas al año, con cada puesta consistente en entre seis y veintidós huevos. Éstos son enterrados en arena húmeda bajo gravilla suelta, a veinte o veinticinco centímetros de profundidad. Unos cien días después, los huevos eclosionan dando lugar a crías que se disperan de inmediato. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los ciento cincuenta días de nacer, y los machos a los doscientos diez días.