Coronula diadema

Coronula diadema (Linnaeus, 1767)

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Crustacea.
Orden: Cirripedia.
Suborden: Sessilia.
Superfamilia: Balanoidea.
Familia: Balanidae.
Subfamilia: Coronulinae.
Género: Coronula.
Especie: Coronula diadema.

Esta especie de bellota de mar famosa por crecer sobre la piel de las grandes ballenas. Su epíteto genérico, Coronula, nos indica el aspecto de corona que presenta su concha, amplia, redondeada y abombada en los ejemplares jóvenes, aunque volviéndose más cilíndria en los individuos maduros, que pueden medir hasta cinco centímetros de altura y seis centímetros de diámetro. La concha está formada por seis placas triangulares fusionadas, cada una consistente en tres o cuatro varices de perfil redondeado, bien definidas y de anchura gradualmente atenuada desde la base hasta el ápice, con estrías transversales en su parte inferior, y estos conjuntos de cuatro varices quedan separados de sus vecinos por una zona baja similar a una membrana de concha. Las seis placas triangulares dejan libre un gran orificio central, de forma hexagonal, por el que asoman dos opérculos, que al abrirse dejan salir a las patas modificadas filtradoras con las que se alimenta el animal, capturando el plancton oceánico.

Se distribuye probablemente por todos los grandes océanos, allá donde haya ballenas, y ya Charles Darwin estipuló que su distribución mundial se dividía en cuatro poblaciones: las gélidas aguas del norte de Escandinavia, la costa oriental de Norteamérica, las Islas Británicas y la Corriente del Golfo. Sin embargo, estas áreas solo se corresponden con zonas importantes para los grandes cetáceos, que son muy viajeros y se reparten igualmente por el resto de los océanos, por lo que cabe esperar que sus bellotas de mar también puedan aparecer en cualquier lugar del océano. Crece principalmente en la ballena yubarta (Megaptera novaeangliae), pero también puede crecer en otros tipos de grandes ballenas, entre las cuales se han registrado la ballena azul, la ballena franca austral, el rorcual común, el cachalote común y el zifio calderón. Existe el concepto general erróneo de que estos crustáceos son parásitos de las ballenas, cuando en realidad sólo son epibiontes que no se alimentan de las ballenas ni las perjudican. Prefieren la cabeza, las aletas, los surcos de la garganta y las aberturas genitales, y aparecen en gran número y densidad. Su modo de vida les proporciona una gran ventaja, ya que como las grandes ballenas viajan intencionadamente a masas donde se concentra el plancton marino, las bellotas de mar pueden de este modo capturar mucho más plancton que si vivieran sobre una superficie estática como hacen otras bellotas de mar. Su reproducción no difiere de la de otros cirrípedos, son hermafroditas, la fecundación es interna (algo muy inusual en un animal marino sésil), y el individuo que actúa como macho debe extender su pene hasta localizar la cavidad de un vecino que actúe de hembra. Éste queda fecundado e incuba los huevos hasta la primera muda de las larvas, que salen entonces y flotan a la deriva formando parte del plancton. Tras seis mudas, la larva deja de alimentarse y nada activamente hasta que una ballena pasa cerca, y ciertas señales químicas en la piel de la ballena inducen a la larva a metamorfosearse en una bellota de mar juvenil. El percebe Conchoderma auritum es un parásito de esta bellota de mar, emergiendo por lo general en grupos de dos o tres de la concha de las bellotas de mar. Esto es un ejemplo perfecto de la extrema especialización de algunos animales: un cirrípedo que sólo puede vivir sobre otro cirrípedo el cual a su vez sólo puede vivir en ciertos tipos de ballenas.

Estos cirrípedos me parecían muy especiales por el sustrato en el que viven, pero desconocía que además él mismo es el sustrato de otro cirrípedo!