Aphanius baeticus
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Aphanius baeticus
Aphanius baeticus (Doadrio, Carmona et Fernández-Delgado, 2002)
15-Octubre-2020.
Cautividad. Europa, España, Andalucía, Sevilla, Acuario de Sevilla.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Actinopterygii.
Orden: Cyprinodontiformes.
Suborden: Cyprinodontoidei.
Familia: Cyprinodontidae.
Subfamilia: Cyprinodontinae.
Género: Aphanius.
Especie: Aphanius baeticus.
El salinete o fartet andaluz es un pequeño pececillo que mide hasta cinco centímetros de longitud. Tiene una forma más estilizada que Aphanius iberus. Sus aletas son redondeadas, la boca es súpera y los ojos son grandes. El macho, mucho más pequeño que la hembra, es de color amarillo dorado en su parte anterior, diluyéndose hacia tonos más pálidos en la posterior, con abundantes bandas verticales plateadas, más anchas que las de A. iberus. Su aleta dorsal es de color azul grisáceo oscuro, bordeada ampliamente de negro, y su aleta anal tiene la misma coloración que la dorsal pero con pequeñas bandas incompletas de color turquesa hacia su borde posterior. Su aleta caudal es truncada y cebrada por cuatro o cinco bandas azules oscuras concéntricas separadas por líneas más estrechas y claras. La hembra es en cambio de tonalidad gris parduzca con grandes manchas irregulares negras en los flancos (en lugar de pequeños puntos negros como en A. iberus), y sus aletas son casi transparentes. En ambos sexos, la aleta dorsal posee ocho (muy raramente nueve) radios ramificados, y diez (muy raramente nueve u once) en la aleta anal.
Es endémico de la cuenca baja del Guadalquivir, en el sudoeste de España. Durante mucho tiempo se consideró que era la misma especie que el más extendido fartet, Aphanius iberus, pero un proyecto de investigación ha demostrado que esta población atlántica pertenece a una especie diferente que las poblaciones mediterráneas. Su población se divide en entre diez y quince subpoblaciones aisladas, todas ellas gravemente amenazadas por la contaminación del agua, la competencia con peces exóticos introducidos (Gambusia, Fundulus), y la degradación de su hábitat natural. Se considera una especie en peligro crítico de extinción. Su hábitat principal son pequeños arroyos salinos, en ocasiones de salinidad muy superior a la del mar, con fondo limoso. Sin embargo, es capaz de soportar el agua dulce, aunque esté fuertemente asociado al agua salobre. Este pez se reúne en cardúmenes que nadan cerca de la orilla, refugiándose entre la vegetación de la orilla cuando presienten un peligro. Se alimenta de larvas de pequeños insectos acuáticos y pequeños crustáceos, y también de algas, sobre todo en invierno cuando hay muchos menos insectos disponibles. Durante el cortejo el macho intensifica sus colores y despliega sus aletas exhibiéndose ante la hembra. Luego dirige a la hembra hacia el lugar elegido para la freza, y la hembra pone sus huevos entre la vegetación acuática. Los huevos son transparentes, de un milímetro de diámetro, y eclosionan al cabo de entre cinco y diez días. Los alevines alcanzan la madurez sexual a los dos o tres meses de vida.
15-Octubre-2020.
Cautividad. Europa, España, Andalucía, Sevilla, Acuario de Sevilla.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Actinopterygii.
Orden: Cyprinodontiformes.
Suborden: Cyprinodontoidei.
Familia: Cyprinodontidae.
Subfamilia: Cyprinodontinae.
Género: Aphanius.
Especie: Aphanius baeticus.
El salinete o fartet andaluz es un pequeño pececillo que mide hasta cinco centímetros de longitud. Tiene una forma más estilizada que Aphanius iberus. Sus aletas son redondeadas, la boca es súpera y los ojos son grandes. El macho, mucho más pequeño que la hembra, es de color amarillo dorado en su parte anterior, diluyéndose hacia tonos más pálidos en la posterior, con abundantes bandas verticales plateadas, más anchas que las de A. iberus. Su aleta dorsal es de color azul grisáceo oscuro, bordeada ampliamente de negro, y su aleta anal tiene la misma coloración que la dorsal pero con pequeñas bandas incompletas de color turquesa hacia su borde posterior. Su aleta caudal es truncada y cebrada por cuatro o cinco bandas azules oscuras concéntricas separadas por líneas más estrechas y claras. La hembra es en cambio de tonalidad gris parduzca con grandes manchas irregulares negras en los flancos (en lugar de pequeños puntos negros como en A. iberus), y sus aletas son casi transparentes. En ambos sexos, la aleta dorsal posee ocho (muy raramente nueve) radios ramificados, y diez (muy raramente nueve u once) en la aleta anal.
Es endémico de la cuenca baja del Guadalquivir, en el sudoeste de España. Durante mucho tiempo se consideró que era la misma especie que el más extendido fartet, Aphanius iberus, pero un proyecto de investigación ha demostrado que esta población atlántica pertenece a una especie diferente que las poblaciones mediterráneas. Su población se divide en entre diez y quince subpoblaciones aisladas, todas ellas gravemente amenazadas por la contaminación del agua, la competencia con peces exóticos introducidos (Gambusia, Fundulus), y la degradación de su hábitat natural. Se considera una especie en peligro crítico de extinción. Su hábitat principal son pequeños arroyos salinos, en ocasiones de salinidad muy superior a la del mar, con fondo limoso. Sin embargo, es capaz de soportar el agua dulce, aunque esté fuertemente asociado al agua salobre. Este pez se reúne en cardúmenes que nadan cerca de la orilla, refugiándose entre la vegetación de la orilla cuando presienten un peligro. Se alimenta de larvas de pequeños insectos acuáticos y pequeños crustáceos, y también de algas, sobre todo en invierno cuando hay muchos menos insectos disponibles. Durante el cortejo el macho intensifica sus colores y despliega sus aletas exhibiéndose ante la hembra. Luego dirige a la hembra hacia el lugar elegido para la freza, y la hembra pone sus huevos entre la vegetación acuática. Los huevos son transparentes, de un milímetro de diámetro, y eclosionan al cabo de entre cinco y diez días. Los alevines alcanzan la madurez sexual a los dos o tres meses de vida.
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