Colobus badius

Colobus badius (Kerr, 1792)
Sinónimo: Procolobus badius (Kerr, 1792)

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History (como Procolobus badius y Procolobus kirkii respectivamente).


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Mammalia.
Orden: Primates.
Suborden: Haplorrhini.
Superfamilia: Cercopithecoidea.
Familia: Cercopithecidae.
Subfamilia: Colobinae.
Género: Colobus.
Subgénero: Procolobus.
Especie: Colobus badius.

El colobo rojo es un mono de posición taxonómica confusa, cuyas numerosas subespecies tienden a ser modernamente consideradas como especies diferentes y el conjunto elevado a la categoría de género separado o incluso varios géneros. El conjunto de su cabeza y cuerpo mide entre cuarenta y cinco y sesenta y siete centímetros de longitud, a la que se suma una cola de entre cincuenta y dos y ochenta centímetros de longitud. Puede pesar hasta once kilos. Su largo pelaje es de color castaño rojizo intenso en la cabeza y los brazos y piernas, y marrón, gris o negro en el dorso, dependiendo de las subespecies. En otras subespecies, el pelaje de la barbilla, pecho y cara interna de los brazos es blanco. Alrededor de la cara, el pelaje forma una opulenta melena de longitud muy variable según las subespecies. Su cara muestra orificios nasales dispuestos en forma de V. En las manos, los dedos son más largos que lo habitual en el género Colobus, excepto el pulgar, que está reducido a un simple bulto o muñón. La zona púbica queda rodeada por pelo blanco. Las hembras adultas tienen la zona genital vivamente coloreada de rosa y azul, y curiosamente, los machos juveniles tienen una imitación de los genitales de la hembra adulta, con una hinchazón rosa y un falso clítoris azul, y el pene no visible exteriormente. Esto es una estrategia evolutiva muy interesante para evitar el ataque de los machos adultos hacia los machos jóvenes. Los machos adultos cambian drásticamente la coloración y aspecto de su zona genital. La larga cola, de color castaño, no termina en un mechón de largos pelos, a diferencia de otras especies de colobos.

Se encuentran en los bosques lluviosos ecuatoriales africanos. Es de actividad diurna y de hábitos arborícolas y suele encontrarse especialmente en las selvas primarias, donde se alimenta de hojas y brotes. Es un folívoro especializado, y las hojas tiernas forman la mayor parte de su dieta, aunque también puede consumir hojas maduras, semillas, brotes y frutos inmaduros. Posee un sistema digestivo único, con un estómago de múltiples cámaras, como el de un rumiante, adaptado a su dieta de hojas duras y poco nutritivas. Son capaces de digerir ciertas plantas tóxicas que otros primates no pueden comer. La especialización de su dieta hace que no se pueda mantener esta especie en zoos, pues los ejemplare mueren pronto por recibir una dieta inadecuada. Pasa la mayor parte de su tiempo a entre veinte y cuarenta metros del suelo, y puede dar formidables saltos entre las ramas. Vive en grupos de unos veinte ejemplares de todos los sexos y edades. Las crías son cuidadas y alimentadas por sus madres, sin participación del padre en estas labores. Las crías macho suelen permanecer en su grupo toda su vida, las hembras en cambio lo abandonan para unirse a otros grupos o fundar los suyos propios durante su adolescencia. Los grupos ya formados son muy suspicaces ante la adición de nuevos miembros al grupo, y para evitar conflictos que podrían ser mortales, los adolescentes aventureros a menudo se unen a grupos de monos verdes (Cercopithecus sabaeus) para poder espiar a su nueva familia adoptiva desde un lugar seguro y conocer mejor los hábitos de cada uno. Es una presa frecuente del chimpancé. El famoso Virus del Ébola pasa frecuentemente de los colobos a los chimpancés que los devoran. Los colobos rojos, tras dar una señal de alarma, huyen aterrorizados cuando ven un chimpancé, tratando de quedarse en las ramas más altas y finas de los árboles que no podrían soportar el peso de un chimpancé. Sin embargo, cuando ven un leopardo, numerosos machos se enfrentan a él para ahuyentarlo, ya que es mucho menos peligroso que un chimpancé.

Subespecie nominal, del extremo occidental de África:


Subespecie kirkii, de la isla de Zanzíbar:

Curiosa la adaptación de los machos juveniles para pasar desapercibidos.

Si, la naturaleza está llena de sorpresas evolutivas.
Es la primera vez que veo que le das un "like" a mis mensajes jaja y me encanta gracias!