Beatragus hunteri

Beatragus hunteri (‎P. L. Sclater‎, ‎1889‎)

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Synapsida.
Orden: Artiodactyla.
Suborden: Ruminantia.
Superfamilia: Bovoidea.
Familia: Bovidae.
Subfamilia: Alcelaphinae.
Género: Beatragus.
Especie: Beatragus hunteri.

El hirola, única especie del género Beatragus, es un antílope grande y elegante que puede pesar algo más de cien kilos, y mide entre noventa y cinco y ciento veinticinco centímetros de altura hasta la cruz, y entre un metro y veinte centímetros y dos metros y cinco centímetros de longitud corporal, sin incluir la cola, la cual mide de treinta a cuarenta y cinco centímetros. Presenta un cuerpo compacto pero un cuello esbelto, patas largas y delgadas y una cabeza muy alargada y fina, con cuernos largos y puntiagudos, negros, anillados excepto en la punta, de hasta setenta y dos centímetros de longitud en el macho y ligeramente más pequeños en las hembras, elegantemente curvados en forma de lira. Entre punta y punta de sus cuernos hay una distancia de entre quince y treinta centímetros. Las orejas son largas y estrechas, de diecinueve centímetros de longitud. Su pelaje es de un uniforme color leonado o canela claro, volviéndose grisáceo en los ejemplares más viejos, y muy ligeramente más oscuro en los machos que en las hembras. En el vientre y la cara interna de las patas, el pelaje se torna gradualmente más claro. Es además un rasgo muy inconfundible de la especie su "antifaz" o "anteojos" de pelaje blanco que cruza su cara de ojo a ojo y rodeando el propio ojo. Justo delante del ojo posee una gran glándula olorosa negra. La punta de las orejas es negra, y también son negros los labios, narinas, mamas y pezuñas.

Su área de distribución es diminuta, concentrada en un minúsculo punto en la frontera entre el nordeste de Kenia y el sudoeste de Somalia, en el Cuerno de África. Es una de las especies más gravemente amenazadas de todos los bóvidos, y está en el mismísimo filo de la extinción a causa de las devastadoras sequías endémicas de esa región, acrecentadas por el calentamiento global, que agostan el poco pasto disponible especialmente a causa de la competencia con el ganado doméstico introducido, que arrasa con las plantas disponibles. Por si esto fuera poco, el hombre caza al hirola por sus cuernos y su exterminio total parece casi inminente. Su población mundial, casi limitada al Parque Nacional de Tsavo Este, no supera los trescientos ejemplares, y la especie no existe en ningún zoo del mundo que pueda ayudar a salvar la especie. Además, el exterminio de los elefantes en su área de distribución ha causado el avance de los matorrales y árboles, haciendo que el hábitat abierto y despejado preferido por el hirola disminuya. El hirola vive en entornos áridos: herbazales abiertos y sabanas arboladas, generalmente sobre suelos arenosos, y aunque puede beber raramente lo hace, normalmente en los días más calurosos de la estación seca. El resto del año suele obtener el agua únicamente a partir de su alimento. Éste consiste principalmente en hierbas, aunque en la época seca también ramonea los arbustos y matorrales. A menudo se asocia en rebaños mixtos con órices, gacelas de Grant, cebras y topis, sin embargo, evita asociarse con bubales, búfalos y elefantes. A diferencia de sus parientes más cercanos, los Alcelaphus y Damaliscus, el hirola no ha perdido el comportamiento típico de los bóvidos de probar la orina de la hembra para determinar su celo. La hembra se separa del rebaño hasta dos meses para parir, y la cría nace entre septiembre y noviembre. Despues del parto la hembra suele reunirse con una manada de "guardería" formada por entre cinco y cuarenta hembras con sus terneros, generalmente acompañadas por un macho adulto. El ternero abandona la manda de guardería a los nueve meses y entonces lleva una vida solitaria o se junta a grupos de dos o tres ejemplares de su mismo sexo. Después, si es macho, forma manadas de jóvenes solteros de entre dos y treinta y ocho ejemplares, y si es hembra, se suele juntar con un macho adulto. La hembra alcanza la madurez sexual al año y medio de vida. Puede vivir hasta quince años.

Por supuesto que me gustó, era uno de esos mitos soñados. Las fotos no son por la especie sino por complementarse unas con otras, ya que los brillos del cristal y las gacelas no dejan ver bien el ejemplar en una sola toma. Así, en la tercera foto es la única donde sale todo entero, pero es un ángulo poco adecuado, en la primera hay reflejos incómodos en sus cuartos traseros y en la segunda en la cabeza. No existía la menor posibilidad de hacer fotos mejores, y lo mismo sucedía con muchos otros mamíferos de esa sala debido a sus cristales y su iluminación. En el museo de historia natural de Bern, en Suiza, se exhiben hirolas en un diorama, mucho más fotogénicos: https://www.zoochat.com/community/media/natural-history-museum-bern-hirola-diorama.302847/full?d=1439110014