Atomacera decepta

Atomacera decepta Rohwer, 1911

24-Julio-2019.
América, Norteamérica, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, Boston, Arboreto de Arnold, en la orilla de un humedal, sobre hojas de una población salvaje de Hibiscus moscheutos.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hymenoptera.
Suborden: Symphyta.
Superfamilia: Tenthredinoidea.
Familia: Argidae.
Subfamilia: Atomacerinae.
Género: Atomacera.
Especie: Atomacera decepta.

Es una pequeña avispa portasierra de entre cuatro y ocho milímetros de longitud corporal. Su cuerpo es compacto y grueso, enteramente negro brillante excepto por una gran mancha de color naranja intenso en la parte dorsal del tórax, aunque no está presente en todos los ejemplares. El escutelo es negro, contrastando con el tórax anaranjado, y una pequeña marca oscura y difusa suele aparecer en la parte frontal del pronoto. Sus amplias alas redondedas son de color negruzco con irisaciones azules. La larva madura mide hasta trece milímetros de longitud, y es de color verde amarillento, con la cabeza oscura y con hileras transversales de seis u ocho pequeños tubérculos negros, una hilera por cada segmento corporal. Las crisálidas se encuentran dentro de capullos fibrosos de color pajizo. Los huevos tienen forma de disco.

Se distribuye por el este de los Estados Unidos, desde Nueva Inglaterra hasta Florida, y alcanza por el oeste hasta Texas. Los imagos aparecen en hasta seis generaciones anuales. Las hembras fecundadas ponen sus huevos en hileras de seis, en el haz de las hojas de sus plantas nutricias, generalmente cerca del margen. Las larvas pueden verse desde mayo hasta octubre y se alimentan exclusivamente de las hojas de plantas de la familia Malvaceae, de los generos Alcea, Althaea e Hibiscus, principalmente Hibiscus moscheutos, H. palustris, H. lasiocarpus e H. militaris. Es una especie altamente selectiva y muchas especies de Hibiscus no son susceptibles de ser atacados por este insecto. En cultivos de algodón o de gombo puede llegar a desarrollarse pero no suele ser capaz de completar su ciclo. Cuando son muy jóvenes se alimentan sólamente en el envés de las hojas, mientras que conforme crecen se alimentan por ambas caras de la hoja, originando agujeros en la lámina y respetando los nervios principales. Las larvas pasan por seis mudas antes de transformarse en crisálidas, lo que tiene lugar bajo tierra cerca de la base de su planta nutricia.