Apis dorsata

Apis dorsata Fabricius, 1793 ssp. breviligula Maa, 1953

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Ejemplar capturado el 7 de enero de 1986 en San Antonio y Santo Tomás, Batangas, Islas Filipinas, por C. K. Starr y perteneciente a la colmena número 1194 de la serie.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hymenoptera.
Suborden: Apocrita.
Superfamilia: Apoidea.
Familia: Apidae.
Subfamilia: Apinae.
Género: Apis.
Subgénero: Megapis.
Especie: Apis dorsata.

Con entre diecisiete y treinta milímetros de longitud, esta es la especie más grande del género Apis. En la mayoría de las especies de este género, los zánganos y reinas son notablemente más grandes que las obreras, sin embargo, en Apis dorsata apenas existe diferencia de tamaño entre las castas. Salvando su tamaño, presenta un aspecto y características físicas muy similares a las de la abeja melífera occidental. Presenta densa vellosidad torácica, y su coloración es negruzca, con la base del abdomen anaranjada diluyéndose en bandas posteriormente. En una de sus subespecies, el abdomen está cruzado por bandas blancas. La longitud de la glosa y de las alas con respecto al cuerpo es también variable dependiendo de las subespecies. El ala anterior mide de doce y medio a catorce y medio milímetros de longitud. Los zánganos son fáciles de reconocer por sus grandes ojos, mientras que las obreras poseen las patas posteriores modificadas, formando unas corbículas o cestillos para la recogida de polen en las tibias. Las obreras también poseen un aguijón venenoso, de hasta tres milímetros de longitud, formado por la modificación de su ovopositor. Cuando estas abejas pican, el aguijón queda clavado en el sujeto al que pican, quedando unido a órganos vitales del abdomen, por lo que tras picar, cada abeja muere.

El área de distribución de esta abeja va desde Pakistán hasta las Islas Filipinas, quedando limitada hacia el norte por la barrera del Himalaya, y en muchas zonas de su área de distribución se trata de una especie migratoria. Se divide en cuatro subespecies, una de las cuales, Apis dorsata laboriosa, es elevada al rango de especie por algunos autores. Habita principalmente en los bosques, aunque a veces se pueden adaptar a entornos antropizados y construir sus nidos en los edificios humanos. Sus colmenas, de hasta un metro y medio de anchura y un metro de altura, están totalmente expuestas y cuelgan de las ramas de los árboles o de las paredes de acantilados, a entre tres y veinticinco metros del suelo. Cada colmena consiste en una capa de celdillas de cera, que suele quedar siempre totalmente cubierta por varias capas de abejas. Generalmente, numerosas colonias (llegando ocasionalmente a más de dos centenares) se concentran en un sitio idóneo escogido, a menudo a pocos centímetros unas de otras, especialmente en los altos árboles Dipterocarpus que sobresalen del dosel de la selva. Estos árboles escogidos se conocen como árboles de las abejas y son muy apreciados por los recolectores locales, que cortan los panales de un modo selectivo dejando una cuarta parte de los mismos sin tocar, para su regeneración. Su organización social es similar a la de otras especies de abejas melíferas, con celdillas específicas para el almacenaje de miel, de polen o el desarrollo de las larvas, y un sistema de comunicación idéntico al de la especie occidental, con la diferencia de que no pueden realizar el baile de comunicación en la oscuridad, ya que necesitan saber la posición del sol para interpretar la danza. El vuelo nupcial tiene lugar al anochecer, y en él varios zánganos acompañan a las nuevas reinas durante un corto vuelo, numerosos zánganos copulan con una misma reina en un nivel de poliandria muy superior al normal en insectos sociales. Estas abejas son sumamente agresivas (las que más de todo su género), y atacan a los intrusos cuando éstos se hallan a más de un centenar de metros de la colmena. Cuando el depredador es una avispa, estas abejas adoptan una curiosa estrategia defensiva, consistente en levantar el abdomen y agitarlo sincrónicamente con las abejas vecinas, creando "olas" idénticas a las que los humanos hacen en los eventos deportivos. Estas "olas" de abejas confunden a la avispa, que es incapaz de seleccionar una presa concreta y abandona la colmena en busca de presas más fáciles. La esperanza de vida de cada obrera adulta es de unos dos meses.