Calicnemis latreillii

Calicnemis latreillii Laporte, 1832
Sinónimo: Calicnemis latreillei Laporte, 1840

22-Noviembre-2011.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, en una colección particular.
Leg: Isidro Martínez. Det: Ernesto Navarro.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Scarabaeoidea.
Familia: Dynastidae.
Subfamilia: Pentodontinae.
Género: Calicnemis.
Especie: Calicnemis latreillii.

Ésta es la especie tipo de las dos que conforman el género Calicnemis. Es un pequeño escarabajo rinoceronte que mide entre catorce y dieciocho y medio milímetros de longitud corporal, siendo las hembras apenas más grandes que los machos. Es de color pardo claro, anaranjado o rojizo, con tonalidad variable, tendiendo a asimilarse a la tonalidad del sustrato donde se ha desarrollado para un mejor camuflaje, si bien hay ejemplares de diversas tonalidades incluso dentro de una misma población. Por lo general, la cabeza y pronoto son de un pardo más oscuro que los élitros. La cabeza posee una conspicua frente bruscamente truncada, similar a un tapón, y carece de cuernos. Se diferencia de la otra especie del género (Calicnemis obesa) por sus mandíbulas más alargadas y finas, más angulosas en su borde interno, y con pelos más largos en su lado externo. El pronoto es giboso y convexo, también carente de cuernos, si bien el macho posee una minúscula punta o gránulo muy cerca del centro del borde frontal, y la hembra carece de dicha protuberancia. El escutelo es grande y más ancho que largo. Los élitros son poco más anchos que el pronoto, oblongos y convexos, sin costillas aunque con una puntuación gruesa y bien marcada. Las patas son muy cortas y gruesas, perfectamente adaptadas para excavar, con tarsos pequeños y reducidos (especialmente los posteriores) y tibias muy poderosas, las tibias anteriores poseen dos dientes afilados en su lado externo, levemente curvados. La cara ventral del insecto está recubierta de vellosidad. La larva madura mide tres centímetros y medio de longitud, y es de color grisáceo con los espiráculos anaranjados situados sobre sendas placas blancas, y la cabeza también anaranjada, de superficie granulosa y de lados casi paralelos (no redondeados como los de C. obesa), mientras que el ráster se ve parduzco brillante. Los huevos son blancos, alargados, de tres milímetros de longitud y dos de diámetro (más pequeños que los de C. obesa).

Es una especie endémica de las costas arenosas del litoral Mediterráneo occidental europeo, desde el Delta del Ebro (Cataluña, España) hasta Italia y Sicilia, incluyendo Córcega pero no Cerdeña. Más al oeste (desde el Delta del Ebro hacia el sur, rodeando las costas de toda la Península Ibérica y el litoral atlántico francés, así como en el norte de África, Baleares y Cerdeña (pero no Córcega), es sustituido por la otra especie del género, Calicnemis obesa. Los imagos emergen de finales de marzo a mediados de abril, son de actividad nocturna y no se alimentan, y viven enterrados bajo la arena de las playas, ocultándose entre las bases de gramíneas costeras como el barrón (Ammophila arenaria). Las larvas viven en las raíces de dichas plantas y en los pedazos de madera enterrados en la arena tras ser traídos por las mareas. La larva nace en primavera y se transforma en crisálida en el verano del siguiente año. La crisálida no dura mucho tiempo, emergiendo los adultos en el mismo verano, sin embargo, permanecen enterrados y no emergen al exterior hasta la primavera del siguiente año, cuando la subida de temperaturas hace aflorar el instinto reproductivo. Llegado este momento, los machos se limitan a emerger de la arena, copular y morir inmediatamente después. Una vez el macho encuentra a una hembra, ambos sexos se entierran en la arena para proceder a la cópula, de modo que el corto vuelo prenupcial es la única ocasión en la que estos insectos pueden verse activos por encima de la superficie. Las hembras viven unos días más, lo suficiente para desarrollar los huevos en su interior y despositarlos en un sustrato adecuado, enterrándose a veces a más de un metro de profundidad para ponerlos. Incluso permanecen vivas enterradas en la arena unos días después de la puesta de huevos.

Este escarabajo siempre ha sido muy escaso, pero, como toda la fauna estrictamente litoral, ha de considerarse como seriamente amenazado, a causa del implacable y atroz desarrollo urbanístico de las zonas costeras, que causa daños irreversibles en un ecosistema único. La especie se considera como Vulnerable.