Erodium neuradifolium

Erodium neuradifolium Delile, 1853

14-Abril-2019.
Europa, España, Aragón, Teruel, Bajo Aragón, Alcañiz, sobre un paleocanal.
Leg: Isidro Martínez. Det: Javier Carela.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Geraniales.
Familia: Geraniaceae.
Género: Erodium.
Especie: Erodium neuradifolium.

El alfilerillo sahariano es una especie de Erodium de aspecto muy similar al ubicuo Erodium malacoides, sobre todo por sus flores, pero tiene un porte más pequeño y hojas más profundamente lobuladas, así como frutos mucho más largos. Es una planta anual (en ocasiones bienal), que puede alcanzar hasta cuarenta centímetros de altura, aunque sus tallos, que se ramifican desde la base, tienden a ser más bien rastreros, y alcanzan hasta treinta y cinco centímetros de longitud. Sus tallos y hojas tienden a carecer de vellosidad, aunque poseen un indumento de pelos aplicados difusos que dan a la planta una tonalidad ligeramente grisácea. Las hojas son ovaladas u oblongas, largamente pecioladas, con limbo de hasta seis centímetros de longitud y cuatro de anchura, trilobulado o tripartido, de base acorazonada, con los lóbulos agudos y de margen profundamente dentado. En la base del peciolo se disponen un par de estípulas ovaladas y puntiagudas. Las flores se disponen en número de tres a ocho en umbelas. Cada flor, de alrededor de un centímetro de diámetro, posee cinco pétalos ovalados de color rosa pálido, tan largos como los sépalos, cinco estambres alternos con los pétalos, de color rosa intenso con anteras amarillas, y un estilo con estigma estrellado de cinco puntas, de color rosa intenso. Florece de diciembre a junio. El rostro de los frutos mide tres o cuatro centímetros de longitud, es decir, cinco o seis veces más que los propios carpelos, mientras que el mericarpo mide unos cinco centímetros de longitud.

Es una especie ampliamente distribuida por el Mediterráneo, islas Canarias, región sahariana hasta Somalia y Sudán, y Oriente Próximo. Habita en llanuras pedregosas, bordes de caminos, eriales, escombreras, terrenos removidos y lugares incultos, sobre suelos poco profundos, pedregosos y calizos, tales como margas y yesos, desde el nivel del mar hasta los mil cuatrocientos veinticinco metros de altitud. Prefiere crecer en lugares soleados, cálidos y relativamente secos o temporalmente húmedos.